Considero que la lengua desempeña un papel fundamental en
esta etapa, y que su influencia puede llegar a ser decisiva en el rendimiento
académico posterior.
“El éxito o el fracaso del niño en todas las actividades dependen del
grado en que se haya desarrollado su dominio activo sobre el lenguaje” (Feldman,
D.)
La enseñanza primaria en el área de Lengua Castellana no se
propone que el niño adquiera amplios conocimientos gramaticales, sino fomentar
en él el desarrollo de la competencia comunicativa que se concreta en cuatro
destrezas básicas: escuchar, hablar, leer y escribir.
El desarrollo lingüístico se inicia en la educación
infantil, pero perdura durante toda la primaria y, aún, en la secundaria. La
escuela debe liberar la expresión infantil favoreciendo la integración verbal
del niño en el aula. El primer paso en este sentido (desde el punto de vista de
la lengua) es motivar y desarrollar al máximo la expresión oral a partir de su
propia experiencia.
La enseñanza del área de Lengua Castellana a lo largo de la
etapa de la Educación Primaria tiene como objetivo el desarrollo de la
competencia comunicativa del alumnado, entendida en todas sus vertientes:
pragmática, lingüística, sociolingüística y literaria. Debe también aportarle
las herramientas y los conocimientos necesarios para desenvolverse
satisfactoriamente en cualquier situación comunicativa de la vida familiar,
social y profesional. Esos conocimientos son los que articulan los procesos de
comprensión y expresión oral, por un lado, y de comprensión y expresión
escrita, por otro. La estructuración del pensamiento del ser humano se realiza
a través del lenguaje, de ahí que esa capacidad de comprender y de expresarse
sea el mejor y el más eficaz instrumento de aprendizaje.
Bloque 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral
El niño como un ser eminentemente social necesita de los
demás, son varios los agentes que intervienen en su socialización: la familia,
la escuela y la relación entre los iguales. Pero para que exista esta
socialización es necesario poder comunicarse.
Desde el ámbito escolar trabajaré para conseguir en mis
alumnos un correcto desarrollo del
lenguaje oral. Para ello tendré en cuenta las características del entorno
social del alumnado, prestando atención a las formas de comunicación del
alumnado con su familia y en la relación con lo iguales.
Por lo tanto, trabajaré en clase cómo usar el lenguaje oral
en diversas situaciones de la vida, explicándole al alumnado que no es lo mismo
comunicarse con una persona mayor, hablar en clase, en familia, con los amigos…
en cada situación hay que usar el lenguaje de diferente manera. Para ello, en
clase podemos realizar pequeñas experiencia simulando situaciones de la vida
cotidiana que les permita saber hablar en situaciones determinadas, de acuerdo
a factores específicos de situación en que se habla y al contenido concreto
sobre el que se habla.
Esto es algo que yo no he realizado en mi colegio, es decir,
la actividad propuesta para este bloque nunca la he realizado en mi colegio, y
tampoco la he visto en mis otros colegios de prácticas. Considero que algo que
puede ser muy útil para los niños y ya que conmigo no lo hicieron, lo haré yo
con mis futuros alumnos.
Este bloque, para mí ha sido un repaso , respecto a la
teoría ya que las diferentes definiciones del lenguaje, la importancia del
lenguaje, sus funciones básicas, por lo que está compuesto, los actos de
comunicación lo he dado en el colegio durante toda mi vida; y la adquisición y
desarrollo del lenguaje lo he visto durante la carrera.
Pero no todo lo que sabía era correcto ya que en este tema tenía
un error muy grave y era que confundía lengua y lenguaje. El lenguaje es una
abstracción, es una capacidad. El instrumento para convertir la capacidad en un
acto es la lengua. La lengua es un sistema de signos, es decir, las lenguas son
códigos.
Es decir, al niño le enseñas lengua y desarrolla su
capacidad lingüística.
También he corregido conceptos mal aprendidos, ya que se
dice lengua de signos, no lenguaje de signos.
Lo que creo que es más importante de este bloque respecto a
lo que he aprendido es en la expresión oral, ya que he aprendido que la
comunicación oral debe trabajarse en todas las áreas curriculares, y que el
objetivo de la expresión oral es ir evolucionando. Y sobre todo, el cómo puedo
trabajarlo.
La función del maestro es crear un buen emisor oral, que
domine todas y cada una de las habilidades verbales y no verbales que
intervienen en cualquier proceso de expresión, no vale dominar solo una de
ellas.
Para formar buenos emisores orales me fijaré en que hagan una
correcta articulación de las palabras, la pronunciación, la respiración
adecuada, la disminución del ruido, el lenguaje corporal, la postura, los
gestos, la expresión facial, el volumen de la voz, la duración de las frases,
la fluidez de las palabras, la duración de las pausas, la velocidad, el ritmo,
la intención comunicativa, los errores lingüísticos y las incorrecciones
gramaticales, el uso correcto y oportuno del idioma, la documentación sobre el
tema a tratar, etcétera
Eso sí, nunca haré las correcciones como refuerzos
negativos.
Trabajaré la expresión oral de una manera distinta a la que
me enseñaron a mí, saldré de las famosas “exposiciones individuales” para
introducirles en el mundo del dialogo.
También intentaré crear un ambiente apropiado: de confianza,
de aceptación, de respeto…
La escuela, como ensayo de la vida social, debe propiciar
situaciones de expresión oral, individual o grupal, dar pautas concretas sobre
buenos y malos usos, aportar ideas e indicaciones para mejorar y utilizar
diversas estrategias que permitan a los estudiantes entrenar y mejorar su
expresión oral.
Pero para obtener los resultados pretendidos, es
imprescindible que el aula se convierta en un contexto estimulante y motivador,
donde el respeto sea absoluto, tanto entre los estudiantes como entre adultos y
niños, donde todos se sientan libres para equivocarse entendiendo que tanto en
el aprendizaje de una segunda lengua como en el desarrollo de la lengua
materna, el error debe entenderse como una oportunidad para aprender y
mejorar.
Al igual que sucede en el caso de
la lectura, se tiende a considerar la expresión oral como competencia exclusiva
del área de Lengua Castellana y Literatura, más el enriquecimiento de registros
lingüísticos y vocales del alumnado en las distintas Áreas, le permitirán el
desarrollo de diferentes estrategias a la hora de comunicarse, lo que le dará
independencia y autonomía en su vida cotidiana.
Respecto a la comprensión oral, si sabía la diferencia entre oír escuchar, ¿Quién no ha oído a alguien alguna vez y no le escuchaba?
No recuerdo haber trabajado en la escuela el papel de
receptor. El receptor ha de convertirse en “escuchador” y no en un simple
oyente. Eso implica un compromiso con el emisor para alcanzar el mayor grado de
comprensión posible.
La escuela como “oreja verde” en vez de “boca verde”
En un acto comunicativo, como ya se ha comentado, el
receptor ha de convertirse en “escuchador” y no en un simple oyente. Eso
implica un compromiso con el emisor para alcanzar el mayor grado de comprensión
posible.
La comprensión oral apenas se trabaja en el aula. Los niños
oyen, pero nadie les enseña a escuchar. Aprenden a guardar el turno de palabra
cuando aún son demasiado pequeños para llevar a cabo una conversación no
egocéntrica. Más tarde olvidan, incluso, este aprendizaje.
Es importante crear situaciones de diálogo sobre temas que
interesen a nuestros alumnos, sobre los que tengan conocimiento, sobre los que
tengan juicios propios y visiones personales. Y hemos de dejarlos hablar
libremente entre ellos actuando como guías, interviniendo lo menos posible para
no coartar su expresividad.
Los niños escucharán con más atención las aportaciones de
sus compañeros sobre temas cercanos que sobre contenidos académicos. Aunque
estos, independientemente de la asignatura, pueden dar pie también a
interesantísimos debates y puestas en común de conocimientos previos o de ideas
derivadas de una experimentación.
Pero previamente hay que enseñar a los niños a escuchar, ejemplificar
conversaciones dirigidas con pausas para explicar aspectos interesantes del
proceso, evaluar actitudes positivas y negativas después de un diálogo y atajar
malos hábitos como la interrupción, la crítica, las bromas, etc.
Los emisores han de sentirse respetados, escuchados y
valorados siempre y es tarea del maestro crear un clima adecuado para que esto
suceda.
En un aula en la que hay tiempos para dialogar y compartir
impresiones la evaluación de la comprensión oral no es complicada. Habremos
observado a todos nuestros alumnos y podremos valorar sus capacidades. En caso
contrario, tendremos que realizar alguna actividad de expresión oral que
conlleve preguntas posteriores para valorar el nivel de atención y de memoria
sobre lo narrado. No hace falta decir cuál de las dos evaluaciones es más
formativa y más significativa.
En definitiva, eso apunta principalmente hacia tres ideas
que deben orientar nuestra práctica docente:
- Para hablar hay que crear situaciones donde se hable y se haga de forma adecuada, lúdica y
constructiva. “A hablar se aprende hablando en diferentes situaciones y
contextos y de forma adecuada”
- La clase de lengua no es el único momento para el
desarrollo de la expresión oral. En las áreas de ciencias naturales o ciencias
sociales, por ejemplo, serán fundamentales las exposiciones sobre distintos
temas culturales, físicos o sociales. En el caso de matemáticas la
verbalización de estrategias de resolución de problemas nos ayudará a
desarrollar nuestro metacognicción. Así mismo sucederá con el resto de
áreas.
- Por otro lado, nos apoyaremos en la experiencia de
diferentes profesionales relacionados con la temática, como por ejemplo con el
maestro/a de Pedagogía Terapéutica.
- Por último, entendemos que la comprensión y la expresión
oral están íntimamente unidas y así deben trabajarse. No puede haber una buena
expresión sin una adecuada comprensión oral.
Para ello hay diferentes estrategias que los maestros
podemos usar en el aula:
- Crear un contexto
lingüístico estimulante y motivador en todos los aspectos.
- Hablarle sin
provocar respuestas estándar.
- Repetirle
correctamente el mensaje sin corregirle.
- No llamarle la atención en el grupo sobre su posible
retraso o trastorno.
- Formar un clima de
confianza.
- Proporcionarle situaciones de diálogo.
- Buscar estímulos interesantes.
- Hacer preguntas
breves que permitan respuestas largas.
- Diversificar los
temas de conversación.
- Respetar el turno
de palabra o la expresión espontánea del grupo.
- Adiestrar al niño
en el uso de la lengua oral con todo tipo de intercambios verbales y en todo
momento, sea cual sea el área de trabajo.
– Crear múltiples situaciones comunicativas: individual con
el maestro, en pequeños grupos, con toda la clase...
- Mediar ante el niño
para que pase de un comportamiento lingüístico espontáneo al comportamiento
lingüístico "cultural".
Pero para llevar a cabo todo este trabajo es necesario y
fundamental conocer al grupo: favorecer el intercambio comunicativo de los
niños tímidos sin ponerlos en evidencia, dándoles confianza, preguntándoles
cosas que sabemos positivamente que conocen; impedir la monopolización de la
clase por los niños habladores y “sabelotodo” pidiendo a los demás que den su
opinión; motivando con diferentes temas a los indiferentes; limitando las
intervenciones de los camorristas, los preguntones y los “juerguistas”...
Para el trabajo en el aula, en este sentido, es muy
importante el conocimiento, por parte del maestro, de los diferentes textos
orales que puede utilizar: textos no literarios (debates, diálogos, asambleas,
grabaciones, radio, publicidad, canciones, exposiciones... y textos literarios,
fundamentalmente, folclore. Los textos no literarios favorecen el desarrollo
del lenguaje utilitario y del vocabulario familiar, escolar y social. La
narración, la descripción y la argumentación
no literarias son las bases de cualquier comunicación: nos sirven para
presentar y comunicar la realidad y la subjetividad.
Con el fin de fortalecer y expandir el lenguaje oral de los
alumnos, tendré en cuenta las siguientes recomendaciones:
- No descalificar la
acción de hablar ante los alumnos.Es más pedagógico educar en el respeto,
en la escucha y en conocer los momentos en los que la participación resulta
adecuada.
- No interrumpir las
comunicaciones espontáneas de los alumnos, con correcciones referidas al
registro de habla culto formal, dado que las conversaciones siempre se efectúan
a través de un registro de habla informal
- Interesarse y
aprender de las experiencias reales de los alumnos, especialmente cuando
ellos pertenecen a grupos socioeconómicos o étnicos diferentes a los del
educador.
- Construir un
ambiente que favorezca las conversaciones. Conversar implica hablar y
escuchar, darse a conocer, indagar, descubrir, informar a los pares, expresar
su humor y su divergencia, contar noticias, echar a volar la fantasía y la
imaginación. Obviamente, dado el carácter intencionado de las acciones
educativas, estas conversaciones no siempre tienen un carácter informal y
requieren ser estimuladas dentro de contextos significativos para los
alumnos.
- Apoyarse en los
recursos mnemónicos de la oralidad, estimulando y expandiendo sus
adivinanzas, trabalenguas, chistes, poemas, cuentos, etc., utilizando recursos
musicales y de expresión corporal.
- Enriquecer el
vocabulario de los alumnos a través de la audición de la versión escrita de
textos narrativos o expositivos, propios o ajenos, que correspondan a sus
conocimientos e intereses. Apoyarse con ilustraciones o medios audiovisuales
cuando se requiera; ampliar usos restringidos e introducir, en contexto,
terminología científica, literaria o tecnológica, universalmente válida.
- Estimularlos a
tomar la palabra para expresar ante auditores sus discursos de tipo
descriptivo y narrativo que les son familiares y que vinculan saberes ligados a
tópicos recurrentes; especialmente, historias de acciones humanas o mágicas,
leyendas y mitos.
- Estimular su manejo
flexible de otros tipos de organización del discurso como por ejemplo los
comentarios argumentativos o cronológicos. Esto se facilita, por ejemplo, a
través de la discusión, de los debates, de las exposiciones de temas
específicos.
- Crear situaciones
que requieran efectuar entrevistas. Las entrevistas constituyen una
actividad de tipo periodístico que permite que los alumnos establezcan una
conversación con una o varias personas para informarse sobre ellas o la
situación o institución que representan. La entrevista debe realizarse con un
propósito claro para el entrevistador y el entrevistado.
- Estimular el
pensamiento creativo o divergente e invitarlos a explicar y argumentar para
desarrollar diferentes operaciones mentales relacionadas con la resolución de
problemas, guiándolos a través del proceso de definir el problema, generar
posibles soluciones, evaluar las distintas salidas o soluciones planteadas,
decidir cuál solución es la mejor o cómo poner en práctica la solución
encontrada.
- Apoyar a los
alumnos a desarrollar ciertas competencias metacognitivas que les permitan
convertir su propia experiencia de auditores y hablantes en ocasión de
aprendizaje, desarrollando la capacidad de reflexionarla críticamente. Es
imprescindible realizar evaluaciones y autoevaluaciones tras cualquier
intervención comunicativa oral en las que, tanto los participantes como sus
iguales y el adulto valoren la experiencia y aporten ideas para la mejora. Los
niños han de recibir pautas para evolucionar y también para comprender cómo
aprenden y cómo comprenden. Es el punto de partida para educar en el siglo XIX:
ayudar a nuestros alumnos para que aprendan a aprender.
Tema 2. Comunicación escrita: la lectura
La base de la lectura y la escritura es el lenguaje hablado.
La lengua escrita abarca tanto la lectura como la escritura,
frecuentemente, se asocia enseñar a leer y escribir con el término de
alfabetizar. La lectura no es un derivado de la escritura ni a la inversa; leer
y escribir son actos diferentes y también lo son las operaciones que se ponen
en juego.
La lectura tiene un papel fundamental en la educación.
Hablar, escuchar, leer y escribir son las cuatro habilidades lingüísticas
básicas que el alumno debe aprender, desarrollar y perfeccionar en las
diferentes etapas educativas. De entre ellas, es la lectura la más trabajada
históricamente pero también la que peor se suele trabajar. A la lectura le
debemos esa expresión tan conocida: La
letra con sangra entra.
El abuso de la lectura en voz alta, de las selecciones de
fragmentos en los libros de lectura, de la elección de los libros obligatorios,
de la imposición de un mismo ritmo a todos los alumnos… Como decía Tonucci, con
estos planteamientos sólo conseguiremos alejar a los niños de la lectura
mientras mantenemos la conciencia tranquila y pensamos que estamos haciendo lo
correcto porque no hay otra forma de trabajo: a leer se aprende leyendo y es el
niño el que debe esforzarse.
Leer no es simplemente descodificar un escrito. Leer es
interpretar, es comprender, es relacionar, es tomar partido. Leer es conocer
lugares, personajes, ideas y sentimientos ajenos. Leer es aprender, analizar,
reflexionar y adquirir valores fundamentales.
Para realizar todas esas tareas, la lectura debe ser tratada
con la consideración que se merece. La competencia lectora debe ser conocida y
entendida por maestros y profesores de todas las áreas; deben trabajarse y
desarrollarse todas las micro-habilidades y micro-capacidades que la componen;
debe evaluarse de forma adecuada; y debe basarse en motivaciones reales que van
de la funcionalidad al disfrute pasando por la necesidad inmediata de entender
el enunciado de una actividad o aprobar un examen.
Como futuros maestros debemos conocer la importancia de que
la hipótesis de significado y enseñar a los niños a realizarla. También debemos
pedirles que comprendan el texto.
Comprender = conocimientos previos + texto literal.
La lectura no es un trabajo más que añadir a nuestras
múltiples tareas académicas. Es parte de ellas. Y una parte muy
importante.
Frente a la lectura oralizada, que ha sido la práctica
tradicional en la didáctica de la lectura, hay que saber y tener en cuenta que
la verdadera lectura comprensiva es ideovisual, es decir, va de la percepción
visual de los signos a la atribución directa del significado, sin pagar peaje
en el circuito oral, sino solo cuando sea necesario. La lectura ideovisual es
siempre silenciosa, de modo que saber leer es tratar con los ojos un lenguaje
que está hecho para los ojos.
El hecho de no tener que articular o de no usar los dedos
para marcar o seguir las sílabas y los renglones hace que la lectura pueda ser
más rápida: una buena lectura ideovisual ha de ser tan rápida o fluida que
permita leer con la facilidad con que se respira: sin esfuerzo.
El acto lector utiliza, a partir de la percepción del signo
visual, los procesos de comprensión, atención y memoria, las tres actividades
principales de la mente.
En la lectura ideovisual, todo el trabajo cognitivo se
dedica a la comprensión del texto; en la lectura descifradora o
descodificadora, la mayor parte del trabajo cognitivo se dedica a recordar qué
sonido corresponde a tal grafema, con lo cual la mente no puede, o al menos le
resulta más difícil, ocuparse de los significados.
Como futura maestra no quiero cometer los típicos errores
que han cometido conmigo, como mandarme leer en casa más para mejorar mi lectura.
Esto no funcionaba por el simple hecho de que al leer más y que no me
corrigiesen mis vicios lectores, lo único que conseguía era que yo los interiorizase
más.
Cuando mis alumnos estén leyendo en silencio me fijaré en
sus vicios lectores e intentare que los corrijan como por ejemplo, la
subvocalización, seguir con el dedo…
También quiero que mis alumnos se encuentren a gusto leyendo,
por eso, elegiré buenos momentos para la lectura, les daré lecturas que les
motiven. La motivación puede ser intrínseca o extrínseca. Los profesores
debemos estar al tanto de los gustos de nuestros alumnos y buscar libros y
textos que traten temas afines a sus intereses. Pero como es muy difícil
acertar con una clase completa, la motivación extrínseca, la que nosotros
deberemos poner en funcionamiento antes y durante la lectura, se hace
imprescindible.
Otra cosa importante que he aprendido, es que el trabajo del
maestro es aumentar el campo visual del niño paulatinamente.
La memoria es absolutamente imprescindible a la hora de
realizar el acto lector. Cuando leemos, utilizamos continuamente la memoria
para relacionar elementos entre sí, para otorgarles significados y para
interpretar estos desde nuestra propia visión del mundo o desde el punto de
vista del autor.
Esto ha sido nuevo para mí, ya que no sabía la importancia
que tenía la memoria en el proceso lector. Por eso, en un futuro pretendo hacer
muchas actividades de memoria con mis alumnos como las que hemos visto en
clase, y les enseñare la utilidad de estas, algo que conmigo no hicieron.
También
quiero recalcar lo importante que es
enseñar a los niños a realizar inferencias. La inferencia es un acto que
realiza el receptor del mensaje para interpretar la referencia a partir de sus
conocimientos, esquemas de valores, emociones y vivencias. De este modo se
realiza una comprensión connotativa que, en el caso de los textos no literarios,
debe tratar de enfocarse a la intencionalidad del emisor. El éxito de cualquier
acto de comunicación depende en gran medida de la habilidad del oyente/lector
de inferir lo que el hablante/escritor quiere decir.
Inferimos
siempre que comprendemos porque comprender es interpretar a partir de nuestros
conocimientos y experiencias previas.
Hay varios métodos de aprendizaje de la lectura:
1) Los métodos sintácticos: Trabajan
partiendo de la letra, la parte más pequeña a lo más grande. Pero este método
no es significativo, porque la letra no tiene contexto por sí sola, aprenden de
memoria los símbolos y significados sin entenderlos. Este método favorece la
descodificación, no la lectura. Los materiales que usan son prediseñados.
Los tipos de métodos sintéticos
son los Alfabéticos, silábicos, fonéticos, léxico, fraseológicos. Parten
de la letra-sílaba-palabra-frase, y sus sonidos. Pero el lexema y el morfema no
tiene significado
2) Métodos analíticos: Nacen con
la Escuela Nueva. Trabajan el análisis de más a menos, de lo analítico a lo sintético,
es decir, empiezan por los elementos significativos, después se ajustan al
nivel del niños. Lo positivo es que favorece la lectura real perol la
desventaja es que solo se puede trabajar
con palabras dadas en clase.
Existen tres tipos de métodos analíticos o globales:
-
Fraseológico:
parten de la frase
-
Contextual
: parten de un cuento
-
Léxico:
Parten de palabras ej: flashcards
3) Métodos mixtos: Utilizan elementos y técnicas de los dos
anteriores. Parten de elementos significativos y van del análisis a la síntesis
y de la síntesis al análisis.
Pueden ser
eclécticos (material elaborado por las editoriales que deberían ser secuenciados por los
maestros) o personalizados (material elaborado por los maestros y son los niños
los que marcan su evolución individual).
Modelo constructivista
Este es el método más motivador. Lo importantes es observar
y evaluar en que momento de su evolución personal está el niño.
Hipótesis:
1º. Diferencias dibujo y escritura.
2º. Símbolo.
En este modelo se trabaja siempre en común escritura y
lectura y el por qué e su respuesta. Lo más importante no es que su respuesta
es correcta si no ver en qué estado se encuentra el niño, si está atascado etc.
El constructivismo trata de darles a los niños motivos para
aprender a leer y a escribir. Pone al niño en situación.
Al principio pensé que era una tontería que viésemos los
diferentes métodos porque el acceso a la lectoescritura suele realizarse en
educación infantil, pero un día en clase hablamos de por qué deberíamos hacerlo
y era lógico, ya que debemos saber cómo han llegado nuestros alumnos a leer, mediante
que ruta, que es lo mejor que le puede venir…Otra razón de peso por el que
debemos conocerlos es por si nos llega un niño de primer año de escolarización que
no sabe leer ni escribir.
La metodología constructivista es analítica, ya que se
trabaja la ruta visual.En el modelo constructivista cada niño tiene su ritmo.
Si lo hace mal no pasa nada, solo quiere decir que no ha llegado a la hipótesis
correcta.
Esto marca la diferencia con el método tradicional ya que
antes el profesor daba a todos lo mismo y pretendía la respuesta correcta.El profesor
actual usa materiales diferentes y no pretende la respuesta correcta, solo
tiene en cuenta el razonamiento.
Como queda claro la mejor opción es esta última, para
enseñar a leer y a escribir.
Como ya he dicho se
aprende a leer por inmersión y nosotros somos una figura importantísima para establecer la metodología correcta de
aprendizaje. Cualquier actividad lectora ha de ser consciente y adecuada al
objetivo deseado. Ya hemos visto los diferentes aspectos, las microhabilidades
y microcapacidades que hay que tener para una buena lectura oral, lo mismo
tenemos que hacer para que adquieran la lectura silenciosa, Esto implica
conocer y comprender todos los procesos cognitivos que se ponen en marcha:
• Perceptivos (movimientos
sacádicos y fijaciones)
• Léxicos (por ruta visual y
fonológica)
• Sintácticos ( tipos de
estructuras de las oraciones)
• Semánticos (extracción del
significado e integración de la información en el conocimiento).
Estos aspectos, correctamente llevados a cabo a través de la
mediación del profesor, son los mismos que fundamentan la competencia de
aprender a aprender y, en definitiva, determinarán el éxito escolar.
El trabajo lector debe enfocarse, precisamente, a la lectura
silenciosa. Debemos incidir en el trabajo comprensivo aunque sin olvidar las
técnicas y estrategias que faciliten a nuestros alumnos la lectura oral o en
voz alta.
Por otro lado, si el objetivo es comprender, debemos
distinguir perfectamente entre memorización y comprensión. En muchas ocasiones
afirmamos que estamos evaluando la compresión de nuestros alumnos cuando, en
realidad, les estamos haciendo preguntas de memoria a corto plazo. Los detalles
se olvidan; los olvidan nuestros alumnos y los olvidamos nosotros. No recordar
el color de un objeto no quiere decir que el texto no se haya comprendido.
Nuestras preguntas deben enfocarse a la idea global del texto o del capítulo, a
la intencionalidad del autor, a las inferencias comunicativas posibles, a la
hipótesis de significado…
Bloque 3: Comunicación escrita: la escritura
Podemos
definir la escritura como el proceso por el que se pasa de la posesión interna
de un concepto, idea o pensamiento a la transformación de ese concepto, idea o pensamiento
mediante una codificación de símbolos gráficos, con intención comunicativa.
El
enfoque actual sobre el desarrollo de la escritura en el aula de primaria puede
recogerse en dos reflexiones:
1)
Aprender a escribir es aprender a usar la lengua escrita en una gran diversidad
de situaciones. Las actividades humanas son en gran parte verbales. La
diversidad de dichas actividades tiene como consecuencia la diversidad de las
formas en que se expresan. La recurrencia de algunas actividades da lugar a formas
de actividad verbal también recurrentes que denominamos géneros
discursivos.
2) La
escuela ofrece, o debería ofrecer, una gran diversidad de situaciones de uso de
la lengua escrita a lo largo de la escolaridad, algunas de ellas de gran
complejidad, como por ejemplo las relacionadas con las diferentes materias del
currículo. Pero además la escuela debe plantearse también de qué forma facilita
a los alumnos el acceso a los géneros sociales: literarios, periodísticos, etc.
Dos
concepciones diferentes de la escritura:
-
Caligrafía:
Grafomotricidad
-
Escritura
propiamente dicha: la creación de textos a partir de lo que queremos comunicar.
Esta requiere in pensamiento-idea propio y un deseo de comunicación.
En este bloque he aprendido a que no todo es escritura. Solo
se considera escritura real cuando hay una intención comunicativa. Las copias
no son escritura son ejercicios de grafomotricidad.Con el dictado pasa lo
mismo, no es escritura ya que lo que hay que hacer es transformar el mensaje de
oral a escrito y no hay intención comunicativa.
Los procesos generales de la escritura
son:
- El proceso para
producir palabras (codificación de palabras)
- la composición
escrita (creación de textos) con una finalidad comunicativa.
Por
ello hemos de distinguir perfectamente entre el desarrollo de la
grafomotricidad y la caligrafía, cuyo objetivo es meramente formal y la
comunicación escrita funcional que implica aspectos cognitivos mucho más
complejos, por lo que hay que tener en cuenta el desarrollo evolutivo de cada
alumno.
Además
de la grafomotricidad en la escritura intervienen otras habilidades como:
- percepción – discriminación visual
- correcta integración viso-auditiva
- desarrollo de las estructuras temporales
- memoria auditiva y visual
- lateralidad correcta
- direccionalidad izquierda- derecha
Los
grafemas se utilizan para poder comunicarnos por escrito, y en esta
codificación léxica están implicadas la ruta fonológica y la ruta ortográfica.
- La ruta fonológica es la conversión del fonema al
grafema.
- La ruta ortográfica se activa la información léxica, la
palabra total, generando tres tipos de información: semántica, fonológica
y ortográfica.
Pero
ahora vamos a ver que condiciones son necesarias para la actividad grafo
motriz.
- Condiciones generales: Control motor de la actividad global del organismo
(control motor grueso).
- Condiciones específicas: Control motor fino (de los movimientos pequeños y
específicos).
En
el aprendizaje de la escritura manuscrita, el niño debe superar dos obstáculos
de forma sucesiva: la adquisición de la forma de las letras y la adquisición de
la trayectoria de la escritura.
Los
maestros debemos estar atentos a tres factores que están relacionados con el
desarrollo de la grafomotricidad tanto antes de empezar el proceso como durante
el aprendizaje: los factores físicofisiológicos (Es importante trabajar la
fuerza, el tono, la localización de movimientos y la velocidad del trazo.), los
factores psíquicos-cognoscitivos y los factores socioculturales.
Las
mismas metodologías que hemos visto en referencia al aprendizaje de la lectura
poseen su correspondencia en el aprendizaje de la escritura. Algunas atienden
más al mero desarrollo grafomotriz y en otras se busca la funcionalidad y la
significatividad del proceso poniendo a los niños en situación de escribir para
comunicar.
Por
las mismas razones que en la lectura es importante que los maestros conozcamos el
punto del que han partido los niños cuando acceden a la educación primaria en
relación con la grafomotricidad y con la comunicación escrita.
è La caligrafía
En el ámbito escolar, entendemos caligrafía como “buena
letra” y, en algunas ocasiones, como “letra bonita”. Pero ¿quién decide qué
letra es bonita y qué letra no lo es?
La
caligrafía, por tanto, es una proyección de la grafomotricidad: una vez que los
niños son capaces de trazar todos los grafemas de forma adecuada, la escritura
manuscrita debe seguir entrenándose y desarrollándose con dos objetivos
fundamentalmente: legibilidad y claridad.
El
aspecto de la letra, la presentación, la
limpieza y el orden en los cuadernos
siempre nos llama la atención. Una letra personal, legible y clara, no solo
facilita la lectura, sino que además nos hace pensar en que su autor o autora
es una persona ordenada, cuidadosa y que es responsable en su trabajo. Del
mismo modo, una letra original nos evoca una personalidad creativa. En resumen,
nuestra caligrafía funciona como carta de presentación al igual nuestra su
forma de vestir o nuestra forma de actuar.
Las
dificultades con la caligrafía, el aspecto del cuaderno, la falta de orden y
limpieza, la imposibilidad de escribir “recto”, respetar los márgenes y
organizar el espacio para que a la vista resulte agradable, suelen ser
habituales entre los alumnos y son fácilmente evitables si se trabaja de forma
sistemática.
En este
bloque hemos aprendido como trabajar con ellos la caligrafía. No podemos
empezar a trabajarla sin que los propios niños entiendan, acepten y hagan suya
la necesidad de mejorar sus elaboraciones manuscritas. Una vez aceptado, les daremos las diversas
razones por las que tienen que tener una letra legible.
1)
Una
letra legible y clara, no solo facilita la lectura, sino que además nos hace
pensar en que su autor o autora es una persona ordenada y cuidadosa
2) Una letra legible y clara, nos
hace pensar que su autor/a es responsable en su trabajo y se esfuerza. Le
explicaré que a lo mejor ha realizado las tareas con mucho esfuerzo y que
debido a su mala letra puede dar la impresión de que hizo la tarea rápido y sin
esfuerzo.
3) La buena letra influye en la
percepción de los niños sobre su competencia en la comunicación escrita. Cuando
los profesores evalúan dos versiones de un trabajo que varían sólo en la
calidad de lo escrito, tienden a asignar una calificación más baja a aquellos
con letra menos legible.
4) Escribir también es comunicación,
si tenemos buena caligrafía como nos comuniquemos será excelente mientras que
con una caligrafía pésima no nos podremos comunicar muy bien.
5) Nos ayuda a comprender mejor
nuestro lenguaje
6) Tener una buena caligrafía ayuda
también a nuestro rendimiento académico
7)
Ayuda
a la comprensión del lector
Como
futrara maestra tengo totalmente descartado hacer lo que hicieron conmigo: afear
en público una tarea “mal presentada”, de romper una hoja o de tachar lo
escrito con el fin de que se repita entero. Lo que haré será reflexiones
grupales y, si es necesario individuales. Hemos de pensar que cualquier
habilidad ha de desarrollarse paulatinamente y hay muchos días en los que
escribir y progresar como para que los niños “pierdan el tiempo” repitiendo
algo que ya han realizado.
La
única forma de mejorar el trazado es copiando y repitiendo grafías, palabras y
frases. Esto saben muy bien los aficionados al graffiti. Ese trabajo mecánico
y, en ocasiones aburrido, tiene como objetivo liberar el trazado y dominar la
direccionalidad, además de organizar adecuadamente el escrito en la pauta, la
cuadrícula o la línea recta.
Como es
un proceso aburrido es tarea del maestro conocer cono se puede motivar al
alumno, es decir, a lo mejor les motiva copiar sobre algo que les gusta,
mostrarles modelos, motivarlos a
realizar sus propios ejercicios de repetición y valorar sus avances etc.
El
objetivo final que persigue toda caligrafía es la obtención de una escritura
que resulte legible.
Sin
embargo, en la legibilidad de la escritura intervienen factores tan diversos
como los que seguidamente se relacionan:
a) La
adopción de posturas adecuadas, en relación al cuerpo, al lápiz y al papel
b) La
claridad en la representación de las letras, dándoles a cada una su forma
característica
c) La
presencia de ligaduras entre las letras y sílabas que conforman las
palabras
d) La
horizontalidad en los renglones
e) La
correcta alineación de las letras, de modo que no queden por encima o por
debajo de la línea normal de escritura
f) La
uniformidad en la inclinación y en el tamaño de la letra
g) El
esparcimiento uniforme entre letras, palabras y renglones: ni escaso, ni
excesivo, ni desigual
Por
otra parte, el aumento progresivo en la velocidad de la escritura deberá
efectuarse de manera tal que no vaya en detrimento de la legibilidad de la
letra, porque en tal caso se vería seriamente dificultada la comprensión del
contenido de lo escrito.
En
conclusión, aunque se descuida, la caligrafía sigue siendo un asunto educativo
importante, pues de ella depende que el mensaje escrito cumpla con su función
comunicativa. Si a los niños no se les enseña a escribir de una manera directa
y sistemática, muchos de ellos invertirán en esta actividad mecánica parte
importante de los recursos cognitivos que podrían utilizar para la planeación y
la fluidez del contenido de su mensaje. Además, podrían tardar más tiempo en
terminar sus tareas, tener dificultad para tomar apuntes, tender a evitar
actividades que incluyan la escritura y estarán expuestos a recibir peores
calificaciones de parte del maestro que aquellos niños que produjeron un texto
con la misma calidad en la expresión, pero con mejor caligrafía.
La
enseñanza debe ser directa y explícita, con supervisión del trabajo
independiente, hasta que se formen patrones neuromotores que permitan la
automatización de la escritura, lo que servirá posteriormente como vehículo
para la composición de textos y otras actividades necesarias en el ámbito
académico. El propósito de la escritura es la comunicación de mensajes, por lo
general de manera diferida en el tiempo. La letra clara es una condición
indispensable para que tal comunicación ocurra.
Tema 4. El sistema de la lengua: ortografía y
semántica
En este
tema aprenderemos cómo acercar a los estudiantes, de forma significativa, a la
conceptualización y a la interiorización de unos aprendizajes que solo tienen
sentido en un contexto de uso lingüístico y descubriremos estrategias que nos
permitirán motivar y provocar aplicaciones funcionales.
Para
hablar, escuchar, leer y escribir bien, tenemos que expresarnos y comprender lo
que decimos y nos dicen; pero previamente, debemos conocer los aspectos gramaticales
y semánticos de nuestra lengua, para poder realizar estas destrezas
correctamente.
è
La
ortografía.
La
ortografía puede definirse como el conjunto de normas que rigen la
representación escrita, el código gráfico de la lengua. Las dificultades
ortográficas principales con las que se encuentra el niño son:
-
En
las grafías:
-
En
la ortografía de la palabra:
-
En
la ortografía de la frase:
La
metodología tradicional para el aprendizaje de la ortografía, con memorización
de reglas y excepciones, ha resultado inoperante. La lectura y la escritura
reflexivas y analíticas son las verdaderas bases de una buena formación
ortográfica. Ayudará a ello una serie de actividades que lleven a los niños a
fijarse en las grafías y palabras más complicadas.
Nuestra
ortografía, por lo tanto, se fundamenta en la ruta visual (globalidad de la
palabra) para la codificación y la descodificación. Sólo en los casos en que no
conocemos la palabra, usamos la ruta fonológica (partes de la palabra) y
nuestros conocimientos sobre las normativas ortográficas.
Desde
que el niño tiene su primer contacto con los textos escritos, debe ver, leer y
escribir las palabras correctamente. No se puede postergar esta tarea “hasta
que tenga que estudiar la ortografía” porque si se acostumbra a ver palabras
mal escritas, la memoria ortográfica aceptará cualquier modelo, correcto o
erróneo de la palabra.
Las
tildes también forman parte de la ortografía de la palabra y tienen, incluso,
una función imprescindible en la pronunciación que no tienen la “h”, la “b” o
la “v”. La acentuación no puede ser “la hermana pequeña” de la ortografía.
En el
mismo sentido, la puntuación es imprescindible para favorecer la correcta
comprensión de los enunciados.
Por
ello, debemos inculcarles la importancia tanto de las tildes como de la puntuación.
Las
bases fundamentales para el trabajo ortográfico son la atención, la memoria
visual y el uso funcional de la escritura. Las tareas que se realicen para
mejorar la ortografía de los alumnos han de ir enfocadas en esa dirección.
La
mejor baza para la buena ortografía es la motivación. El trabajo ortográfico
debe sustentarse, sobre todo, en el desarrollo de la expresión escrita y de la
creación personal. Algo que hemos viesto en clase para moyivar a los niños es
que lean los propios textos a los compañeros, ser alabado, aplaudido y reforzado
positivamente (aunque también reciba sugerencias y alguna corrección) lleva al
niño a tratar de superarse.
Otra
cosa que hmos visto en clase esz que no debemos de penalizar por mala
ortografía ya que con ella solo se consigue que los chavales odien este aspecto
de la lengua. En lugar de castigar los errores, deberíamos tratar de
aprovecharlos para aprender y mejorar.
También
es importante tener en cuenta que la lectura silenciosa ideovisual no fomenta
la buena ortografía porque el ojo no ve todas las letras de las palabras. La
lectura atenta o la lectura en voz alta (sobre todo si se prepara) son ideales
para la mejora ortográfica.
En
cuanto a los medios que se utilizan habitualmente en al aula para desarrollar
la ortografía, hay que tener en cuenta que los dictados tradicionales son meros
ejercicios de evaluación.
Los
dictados sobre una regla concreta fomentan el que el niño use el recuerdo
inmediato de la norma y sus excepciones pero no interiorice las palabras en su
memoria visual.
El
copiado de palabras para asentar la memoria visual solo es útil dentro del
contexto significativo de frases inventadas por el estudiante.
Las
actividades que proponen corregir textos con errores ortográficos no deberían
usarse hasta que el niño haya asentado su propia ortografía. Ver continuamente
palabras mal escritas confunde al cerebro y el resultado de la actividad puede
ser el contrario al que se pretende.
La
competencia lingüística es de carácter transversal por eso la ortografía ha de
trabajarse y valorarse de igual modo en cualquier área curricular.
è
La
semántica
En
todas las etapas educativas, los estudiantes deberán ser capaces de entender,
interpretar y dar sentido a diferentes mensajes tanto verbales como no verbales
y es labor nuestra favorecer el acercamiento a esta comprensión alternando los
materiales e instrumentos propuestos para su análisis y comprensión.
La
semántica se refiere, en exclusiva, al estudio del significado y la
interpretación de los signos lingüísticos. Atiende no solo al significado de
las palabras (conocido como vocabulario), sino también al significado de frases
hechas, expresiones habituales, figuras expresivas relativas al significado
(metáforas, metonimias, etc.) y construcciones diversas en un contexto
determinado.
A lo
largo de la etapa los niños profundizarán no solo en el aprendizaje de nuevas
palabras sino también en el conocimiento de categorías y campos semánticos,
sinónimos y antónimos, familias léxicas, construcción de palabras por
composición y derivación, abreviaturas, siglas, etc.
El
desarrollo del vocabulario tiene gran importancia en estas edades. El niño
escucha al día gran cantidad de palabras de las que no conoce el significado
real. También lee realizando hipótesis sobre los significados de las palabras
que nunca había visto. La característica fundamental del vocabulario de un niño
de primaria es la provisionalidad.
Mi
labor como maestra es afianzar sus conocimientos semánticos, fomentar la
aparición de nuevas palabras en la conversación cotidiana en el aula, ayudarles
a aprehender el significado de los términos nuevos que aparecen en los textos
trabajados y hacer del trabajo con el diccionario un juego más, ameno y
significativo.
Otra
cosa que he aprendido es que es diferente el vocabulario activo y pasivo. El
vocabulario activo es el utilizamos como emisores y el pasivo, el que no
utilizamos como emisores pero comprendemos como receptores. En el aula debemos desarrollar
ambos e incluir no sólo las palabras léxicas, sino también las gramaticales.
La
labor de la escuela en el desarrollo semántico del niño ha de fundamentarse en
los siguientes principios teniendo en cuenta que siempre ha de trabajarse con
modelos comunicativos, es decir, contextualizando las palabras dentro de
sintagmas, frases o textos.
Independientemente de las estrategias didácticas que se
empleen en la enseñanza-aprendizaje del vocabulario, es una realidad constatada
que el modelo verbal del maestro incide de forma decisiva en el enriquecimiento
léxico del alumno. Es muy importante que este principio didáctico sea asumido y
valorado por los docentes y les estimule a cuidar su léxico como elemento
fundamental en su actuación educadora.
Para evitar el simplismo expresivo, el educador ha de ser
cuidadoso en la elección de los términos léxicos y, esmerado en el uso de la
lengua que emplee con sus alumnos para contrarrestar el efecto negativo al que
nos referimos.
Tema 5. El sistema de la lengua: morfología y sintaxis
En este bloque hemos estudiado cómo ha de trabajarse y
aplicarse en la educación primaria el nivel morfosintáctico de la lengua, ya que
los componentes fonético y pragmático se trabajan en esta etapa de forma
práctica en los bloques de comunicación oral y escrita y hemos dedicado el tema
anterior al componente léxico-semántico.
La morfosintaxis es el conjunto de elementos y reglas que
permiten construir oraciones con sentido y carentes de ambigüedad mediante el
marcaje de relaciones gramaticales, concordancias, indexaciones y estructura
jerárquica de constituyentes sintácticos. Se enfoca, por tanto, a la cohesión
textual y a la adecuada organización de las palabras en las frases y los
textos.
La morfosintaxis integra la morfología y la sintaxis, dos
componentes de la gramática que, por utilidad didáctica, se analizan por
separado, pero debe tomarse en cuenta que, en realidad, son dos unidades
indesligables.
Aunque la morfología (forma y características de las
diferentes clases de palabras) pueda estudiarse de forma aislada, es imposible
realizar cualquier tipo de análisis sintáctico sin tener en consideración la
morfología. Cada clase de palabras (también denominadas “formas”) desempeña un
número muy limitado de funciones dentro de cualquier tipo de oración. Es por
eso que, los alumnos comienzan acercándose a un conocimiento conceptual de la
morfología básica en el primer curso pero enseguida pasan a reconocer y
analizar las funciones de las palabras dentro de la oración.
El apartado relativo a la gramática en el currículo de educación
primaria es el más conceptual de los que componen el área de literatura
castellana. Los niños han de ir aprendiendo, paulatinamente, los nombres y las
características de las diferentes clases de palabras y las funciones
principales que éstas desempeñan en el contexto de una oración pero siempre de
forma reflexiva.
Para favorecer esta reflexión en los estudiantes y motivar
la aplicación práctica de los aprendizajes en los enunciados orales y los
textos escritos, el maestro ha de tener una visión global de estos
conocimientos. En clase hicimos un
repaso de los conceptos morfosintácticos.
Hay que recordar que los aprendizajes teóricos y conceptuales sobre
aspectos gramaticales en educación primaria han de considerarse un instrumento
enfocado al desarrollo de la competencia lingüística de los estudiantes,
objetivo último (y realmente funcional) de cualquier aprendizaje normativo en
el ámbito gramatical.
Con el tiempo, los niños olvidarán las conjugaciones
memorizadas, las definiciones de los libros de texto y los análisis sintácticos
de las oraciones. Pero deberán haber integrado reflexivamente estos
aprendizajes a sus producciones orales y escritas.
La enseñanza de la gramática debe llevar al niño a analizar
y reflexionar sobre su propio uso lingüístico y le aporta posibilidades de
mejora.
Si los niños no entienden lo que están haciendo, no lo
integrarán. Es precisa la reflexión para evitar que memoricen.
Por ello, es función del maestro atajar la mera memorización
y el aprendizaje mecánico en pro de la reflexión y del análisis sobre el propio
uso de la lengua. Debemos aportar buenos modelos a los niños y enfocar nuestro trabajo como mediadores en el
aprendizaje a la necesidad de que nuestros alumnos sean capaces de comunicar
adecuadamente y comprender fácilmente tanto los enunciados orales como los
textos escritos.
La enseñanza de la gramática implica cualquier técnica de
instrucción que dirija la atención de los estudiantes a una forma gramatical
específica de tal manera que les ayude a entenderla metalingüísticamente y/o a
procesarla en la comprensión o en la producción para que pueda
interiorizarla.
Es por esto que, como educadores, tenemos que combinar las
actividades de interiorización metalingüística, cuyo objetivo específico ha de
ser adquirir el conocimiento necesario para comprender la normativa subyacente
al uso de la lengua castellana y mejorar las propias producciones y las
actividades comunicativas que incluyan reflexiones específicas sobre el uso
gramatical.
Debemos trabajar la gramática con un enfoque funcional
comunicativo, implica poner el acento no en cuáles y cómo son las formas
lingüísticas sino en para qué sirven y cuál es la mejor opción en cada
contexto.
Se trata, básicamente, de integrar las actividades de
sintaxis con el trabajo de lectura y composición de textos: revisar, analizar,
sustituir, valorar y reflexionar serán los verbos que rijan nuestro
trabajo.