viernes, 5 de junio de 2015

Artículo final


Considero que la lengua desempeña un papel fundamental en esta etapa, y que su influencia puede llegar a ser decisiva en el rendimiento académico posterior.

 “El éxito o el fracaso del niño en todas las actividades dependen del grado en que se haya desarrollado su dominio activo sobre el lenguaje” (Feldman, D.)


La enseñanza primaria en el área de Lengua Castellana no se propone que el niño adquiera amplios conocimientos gramaticales, sino fomentar en él el desarrollo de la competencia comunicativa que se concreta en cuatro destrezas básicas: escuchar, hablar, leer y escribir.  

El desarrollo lingüístico se inicia en la educación infantil, pero perdura durante toda la primaria y, aún, en la secundaria. La escuela debe liberar la expresión infantil favoreciendo la integración verbal del niño en el aula. El primer paso en este sentido (desde el punto de vista de la lengua) es motivar y desarrollar al máximo la expresión oral a partir de su propia experiencia. 

La enseñanza del área de Lengua Castellana a lo largo de la etapa de la Educación Primaria tiene como objetivo el desarrollo de la competencia comunicativa del alumnado, entendida en todas sus vertientes: pragmática, lingüística, sociolingüística y literaria. Debe también aportarle las herramientas y los conocimientos necesarios para desenvolverse satisfactoriamente en cualquier situación comunicativa de la vida familiar, social y profesional. Esos conocimientos son los que articulan los procesos de comprensión y expresión oral, por un lado, y de comprensión y expresión escrita, por otro. La estructuración del pensamiento del ser humano se realiza a través del lenguaje, de ahí que esa capacidad de comprender y de expresarse sea el mejor y el más eficaz instrumento de aprendizaje.
 
Bloque 1:  Lenguaje, lengua y comunicación oral
El niño como un ser eminentemente social necesita de los demás, son varios los agentes que intervienen en su socialización: la familia, la escuela y la relación entre los iguales. Pero para que exista esta socialización es necesario poder comunicarse.
Desde el ámbito escolar trabajaré para conseguir en mis alumnos  un correcto desarrollo del lenguaje oral. Para ello tendré en cuenta las características del entorno social del alumnado, prestando atención a las formas de comunicación del alumnado con su familia y en la relación con lo iguales.
Por lo tanto, trabajaré en clase cómo usar el lenguaje oral en diversas situaciones de la vida, explicándole al alumnado que no es lo mismo comunicarse con una persona mayor, hablar en clase, en familia, con los amigos… en cada situación hay que usar el lenguaje de diferente manera. Para ello, en clase podemos realizar pequeñas experiencia simulando situaciones de la vida cotidiana que les permita saber hablar en situaciones determinadas, de acuerdo a factores específicos de situación en que se habla y al contenido concreto sobre el que se habla.
Esto es algo que yo no he realizado en mi colegio, es decir, la actividad propuesta para este bloque nunca la he realizado en mi colegio, y tampoco la he visto en mis otros colegios de prácticas. Considero que algo que puede ser muy útil para los niños y ya que conmigo no lo hicieron, lo haré yo con mis futuros alumnos.
Este bloque, para mí ha sido un repaso , respecto a la teoría ya que las diferentes definiciones del lenguaje, la importancia del lenguaje, sus funciones básicas, por lo que está compuesto, los actos de comunicación lo he dado en el colegio durante toda mi vida; y la adquisición y desarrollo del lenguaje lo he visto durante la carrera.
Pero no todo lo que sabía era correcto ya que en este tema tenía un error muy grave y era que confundía lengua y lenguaje. El lenguaje es una abstracción, es una capacidad. El instrumento para convertir la capacidad en un acto es la lengua. La lengua es un sistema de signos, es decir, las lenguas son códigos.
Es decir, al niño le enseñas lengua y desarrolla su capacidad lingüística.
También he corregido conceptos mal aprendidos, ya que se dice lengua de signos, no lenguaje de signos.
Lo que creo que es más importante de este bloque respecto a lo que he aprendido es en la expresión oral, ya que he aprendido que la comunicación oral debe trabajarse en todas las áreas curriculares, y que el objetivo de la expresión oral es ir evolucionando. Y sobre todo, el cómo puedo trabajarlo.
La función del maestro es crear un buen emisor oral, que domine todas y cada una de las habilidades verbales y no verbales que intervienen en cualquier proceso de expresión, no vale dominar solo una de ellas.
Para formar buenos emisores orales me fijaré en que hagan una correcta articulación de las palabras, la pronunciación, la respiración adecuada, la disminución del ruido, el lenguaje corporal, la postura, los gestos, la expresión facial, el volumen de la voz, la duración de las frases, la fluidez de las palabras, la duración de las pausas, la velocidad, el ritmo, la intención comunicativa, los errores lingüísticos y las incorrecciones gramaticales, el uso correcto y oportuno del idioma, la documentación sobre el tema a tratar, etcétera
Eso sí, nunca haré las correcciones como refuerzos negativos.
Trabajaré la expresión oral de una manera distinta a la que me enseñaron a mí, saldré de las famosas “exposiciones individuales” para introducirles en el mundo del dialogo.
También intentaré crear un ambiente apropiado: de confianza, de aceptación, de respeto…
La escuela, como ensayo de la vida social, debe propiciar situaciones de expresión oral, individual o grupal, dar pautas concretas sobre buenos y malos usos, aportar ideas e indicaciones para mejorar y utilizar diversas estrategias que permitan a los estudiantes entrenar y mejorar su expresión oral.
Pero para obtener los resultados pretendidos, es imprescindible que el aula se convierta en un contexto estimulante y motivador, donde el respeto sea absoluto, tanto entre los estudiantes como entre adultos y niños, donde todos se sientan libres para equivocarse entendiendo que tanto en el aprendizaje de una segunda lengua como en el desarrollo de la lengua materna, el error debe entenderse como una oportunidad para aprender y mejorar. 
 
Al igual que sucede en el caso de la lectura, se tiende a considerar la expresión oral como competencia exclusiva del área de Lengua Castellana y Literatura, más el enriquecimiento de registros lingüísticos y vocales del alumnado en las distintas Áreas, le permitirán el desarrollo de diferentes estrategias a la hora de comunicarse, lo que le dará independencia y autonomía en su vida cotidiana.

Respecto a la comprensión oral, si sabía la diferencia entre oír escuchar, ¿Quién no ha oído a alguien alguna vez y no le escuchaba?
No recuerdo haber trabajado en la escuela el papel de receptor. El receptor ha de convertirse en “escuchador” y no en un simple oyente. Eso implica un compromiso con el emisor para alcanzar el mayor grado de comprensión posible.
La escuela como “oreja verde” en vez de “boca verde”
En un acto comunicativo, como ya se ha comentado, el receptor ha de convertirse en “escuchador” y no en un simple oyente. Eso implica un compromiso con el emisor para alcanzar el mayor grado de comprensión posible.
La comprensión oral apenas se trabaja en el aula. Los niños oyen, pero nadie les enseña a escuchar. Aprenden a guardar el turno de palabra cuando aún son demasiado pequeños para llevar a cabo una conversación no egocéntrica. Más tarde olvidan, incluso, este aprendizaje.
Es importante crear situaciones de diálogo sobre temas que interesen a nuestros alumnos, sobre los que tengan conocimiento, sobre los que tengan juicios propios y visiones personales. Y hemos de dejarlos hablar libremente entre ellos actuando como guías, interviniendo lo menos posible para no coartar su expresividad. 
Los niños escucharán con más atención las aportaciones de sus compañeros sobre temas cercanos que sobre contenidos académicos. Aunque estos, independientemente de la asignatura, pueden dar pie también a interesantísimos debates y puestas en común de conocimientos previos o de ideas derivadas de una experimentación.  
Pero previamente hay que enseñar a los niños a escuchar, ejemplificar conversaciones dirigidas con pausas para explicar aspectos interesantes del proceso, evaluar actitudes positivas y negativas después de un diálogo y atajar malos hábitos como la interrupción, la crítica, las bromas, etc. 
Los emisores han de sentirse respetados, escuchados y valorados siempre y es tarea del maestro crear un clima adecuado para que esto suceda. 
 
En un aula en la que hay tiempos para dialogar y compartir impresiones la evaluación de la comprensión oral no es complicada. Habremos observado a todos nuestros alumnos y podremos valorar sus capacidades. En caso contrario, tendremos que realizar alguna actividad de expresión oral que conlleve preguntas posteriores para valorar el nivel de atención y de memoria sobre lo narrado. No hace falta decir cuál de las dos evaluaciones es más formativa y más significativa. 
En definitiva, eso apunta principalmente hacia tres ideas que deben orientar nuestra práctica docente: 
- Para hablar hay que crear situaciones donde se  hable y se haga de forma adecuada, lúdica y constructiva. “A hablar se aprende hablando en diferentes situaciones y contextos y de forma adecuada” 
- La clase de lengua no es el único momento para el desarrollo de la expresión oral. En las áreas de ciencias naturales o ciencias sociales, por ejemplo, serán fundamentales las exposiciones sobre distintos temas culturales, físicos o sociales. En el caso de matemáticas la verbalización de estrategias de resolución de problemas nos ayudará a desarrollar nuestro metacognicción. Así mismo sucederá con el resto de áreas. 
- Por otro lado, nos apoyaremos en la experiencia de diferentes profesionales relacionados con la temática, como por ejemplo con el maestro/a de Pedagogía Terapéutica. 
- Por último, entendemos que la comprensión y la expresión oral están íntimamente unidas y así deben trabajarse. No puede haber una buena expresión sin una adecuada comprensión oral.  
 El desarrollo lingüístico se inicia en la educación infantil, pero perdura durante toda la primaria y, aún, en la secundaria. La escuela debe liberar la expresión infantil favoreciendo la integración verbal del niño en el aula.  El primer paso en este sentido (desde el punto de vista de la lengua) es motivar y desarrollar al máximo la expresión oral a partir de su propia experiencia. 
Para ello hay diferentes estrategias que los maestros podemos usar en el aula:
  - Crear un contexto lingüístico estimulante y motivador en todos los aspectos.
 - Hablarle sin provocar respuestas estándar.
 - Repetirle correctamente el mensaje sin corregirle. 
- No llamarle la atención en el grupo sobre su posible retraso o trastorno.
 - Formar un clima de confianza. 
- Proporcionarle situaciones de diálogo. 
- Buscar estímulos interesantes.
 - Hacer preguntas breves que permitan respuestas largas.
 - Diversificar los temas de conversación.
 - Respetar el turno de palabra o la expresión espontánea del grupo.
 - Adiestrar al niño en el uso de la lengua oral con todo tipo de intercambios verbales y en todo momento, sea cual sea el área de trabajo. 
– Crear múltiples situaciones comunicativas: individual con el maestro, en pequeños grupos, con toda la clase...
 - Mediar ante el niño para que pase de un comportamiento lingüístico espontáneo al comportamiento lingüístico "cultural". 
Pero para llevar a cabo todo este trabajo es necesario y fundamental conocer al grupo: favorecer el intercambio comunicativo de los niños tímidos sin ponerlos en evidencia, dándoles confianza, preguntándoles cosas que sabemos positivamente que conocen; impedir la monopolización de la clase por los niños habladores y “sabelotodo” pidiendo a los demás que den su opinión; motivando con diferentes temas a los indiferentes; limitando las intervenciones de los camorristas, los preguntones y los “juerguistas”... 
Para el trabajo en el aula, en este sentido, es muy importante el conocimiento, por parte del maestro, de los diferentes textos orales que puede utilizar: textos no literarios (debates, diálogos, asambleas, grabaciones, radio, publicidad, canciones, exposiciones... y textos literarios, fundamentalmente, folclore. Los textos no literarios favorecen el desarrollo del lenguaje utilitario y del vocabulario familiar, escolar y social. La narración,  la descripción y la argumentación no literarias son las bases de cualquier comunicación: nos sirven para presentar y comunicar la realidad y la subjetividad.   
Con el fin de fortalecer y expandir el lenguaje oral de los alumnos, tendré en cuenta las siguientes recomendaciones:  
- No descalificar la acción de hablar ante los alumnos.Es más pedagógico educar en el respeto, en la escucha y en conocer los momentos en los que la participación resulta adecuada. 
- No interrumpir las comunicaciones espontáneas de los alumnos, con correcciones referidas al registro de habla culto formal, dado que las conversaciones siempre se efectúan a través de un registro de habla informal
- Interesarse y aprender de las experiencias reales de los alumnos, especialmente cuando ellos pertenecen a grupos socioeconómicos o étnicos diferentes a los del educador.  
- Construir un ambiente que favorezca las conversaciones. Conversar implica hablar y escuchar, darse a conocer, indagar, descubrir, informar a los pares, expresar su humor y su divergencia, contar noticias, echar a volar la fantasía y la imaginación. Obviamente, dado el carácter intencionado de las acciones educativas, estas conversaciones no siempre tienen un carácter informal y requieren ser estimuladas dentro de contextos significativos para los alumnos.  
- Apoyarse en los recursos mnemónicos de la oralidad, estimulando y expandiendo sus adivinanzas, trabalenguas, chistes, poemas, cuentos, etc., utilizando recursos musicales y de expresión corporal.  
- Enriquecer el vocabulario de los alumnos a través de la audición de la versión escrita de textos narrativos o expositivos, propios o ajenos, que correspondan a sus conocimientos e intereses. Apoyarse con ilustraciones o medios audiovisuales cuando se requiera; ampliar usos restringidos e introducir, en contexto, terminología científica, literaria o tecnológica, universalmente válida.  
- Estimularlos a tomar la palabra para expresar ante auditores sus discursos de tipo descriptivo y narrativo que les son familiares y que vinculan saberes ligados a tópicos recurrentes; especialmente, historias de acciones humanas o mágicas, leyendas y mitos.  
- Estimular su manejo flexible de otros tipos de organización del discurso como por ejemplo los comentarios argumentativos o cronológicos. Esto se facilita, por ejemplo, a través de la discusión, de los debates, de las exposiciones de temas específicos.  
- Crear situaciones que requieran efectuar entrevistas. Las entrevistas constituyen una actividad de tipo periodístico que permite que los alumnos establezcan una conversación con una o varias personas para informarse sobre ellas o la situación o institución que representan. La entrevista debe realizarse con un propósito claro para el entrevistador y el entrevistado.  
- Estimular el pensamiento creativo o divergente e invitarlos a explicar y argumentar para desarrollar diferentes operaciones mentales relacionadas con la resolución de problemas, guiándolos a través del proceso de definir el problema, generar posibles soluciones, evaluar las distintas salidas o soluciones planteadas, decidir cuál solución es la mejor o cómo poner en práctica la solución encontrada.  
- Apoyar a los alumnos a desarrollar ciertas competencias metacognitivas que les permitan convertir su propia experiencia de auditores y hablantes en ocasión de aprendizaje, desarrollando la capacidad de reflexionarla críticamente. Es imprescindible realizar evaluaciones y autoevaluaciones tras cualquier intervención comunicativa oral en las que, tanto los participantes como sus iguales y el adulto valoren la experiencia y aporten ideas para la mejora. Los niños han de recibir pautas para evolucionar y también para comprender cómo aprenden y cómo comprenden. Es el punto de partida para educar en el siglo XIX: ayudar a nuestros alumnos para que aprendan a aprender. 
 
 
Tema 2. Comunicación escrita: la lectura
 
 
La base de la lectura y la escritura es el lenguaje hablado.
La lengua escrita abarca tanto la lectura como la escritura, frecuentemente, se asocia enseñar a leer y escribir con el término de alfabetizar. La lectura no es un derivado de la escritura ni a la inversa; leer y escribir son actos diferentes y también lo son las operaciones que se ponen en juego.  
La lectura tiene un papel fundamental en la educación. Hablar, escuchar, leer y escribir son las cuatro habilidades lingüísticas básicas que el alumno debe aprender, desarrollar y perfeccionar en las diferentes etapas educativas. De entre ellas, es la lectura la más trabajada históricamente pero también la que peor se suele trabajar. A la lectura le debemos esa expresión tan conocida: La letra con sangra entra.
El abuso de la lectura en voz alta, de las selecciones de fragmentos en los libros de lectura, de la elección de los libros obligatorios, de la imposición de un mismo ritmo a todos los alumnos… Como decía Tonucci, con estos planteamientos sólo conseguiremos alejar a los niños de la lectura mientras mantenemos la conciencia tranquila y pensamos que estamos haciendo lo correcto porque no hay otra forma de trabajo: a leer se aprende leyendo y es el niño el que debe esforzarse. 
Leer no es simplemente descodificar un escrito. Leer es interpretar, es comprender, es relacionar, es tomar partido. Leer es conocer lugares, personajes, ideas y sentimientos ajenos. Leer es aprender, analizar, reflexionar y adquirir valores fundamentales. 
Para realizar todas esas tareas, la lectura debe ser tratada con la consideración que se merece. La competencia lectora debe ser conocida y entendida por maestros y profesores de todas las áreas; deben trabajarse y desarrollarse todas las micro-habilidades y micro-capacidades que la componen; debe evaluarse de forma adecuada; y debe basarse en motivaciones reales que van de la funcionalidad al disfrute pasando por la necesidad inmediata de entender el enunciado de una actividad o aprobar un examen. 
Como futuros maestros debemos conocer la importancia de que la hipótesis de significado y enseñar a los niños a realizarla. También debemos pedirles que comprendan el texto.
Comprender = conocimientos previos + texto literal.
La lectura no es un trabajo más que añadir a nuestras múltiples tareas académicas. Es parte de ellas. Y una parte muy importante. 
Frente a la lectura oralizada, que ha sido la práctica tradicional en la didáctica de la lectura, hay que saber y tener en cuenta que la verdadera lectura comprensiva es ideovisual, es decir, va de la percepción visual de los signos a la atribución directa del significado, sin pagar peaje en el circuito oral, sino solo cuando sea necesario. La lectura ideovisual es siempre silenciosa, de modo que saber leer es tratar con los ojos un lenguaje que está hecho para los ojos. 
El hecho de no tener que articular o de no usar los dedos para marcar o seguir las sílabas y los renglones hace que la lectura pueda ser más rápida: una buena lectura ideovisual ha de ser tan rápida o fluida que permita leer con la facilidad con que se respira: sin esfuerzo. 
El acto lector utiliza, a partir de la percepción del signo visual, los procesos de comprensión, atención y memoria, las tres actividades principales de la mente.  
En la lectura ideovisual, todo el trabajo cognitivo se dedica a la comprensión del texto; en la lectura descifradora o descodificadora, la mayor parte del trabajo cognitivo se dedica a recordar qué sonido corresponde a tal grafema, con lo cual la mente no puede, o al menos le resulta más difícil, ocuparse de los significados.
Como futura maestra no quiero cometer los típicos errores que han cometido conmigo, como mandarme leer en casa más para mejorar mi lectura. Esto no funcionaba por el simple hecho de que al leer más y que no me corrigiesen mis vicios lectores, lo único que conseguía era que yo los interiorizase más.
Cuando mis alumnos estén leyendo en silencio me fijaré en sus vicios lectores e intentare que los corrijan como por ejemplo, la subvocalización, seguir con el dedo…
También quiero que mis alumnos se encuentren a gusto leyendo, por eso, elegiré buenos momentos para la lectura, les daré lecturas que les motiven. La motivación puede ser intrínseca o extrínseca. Los profesores debemos estar al tanto de los gustos de nuestros alumnos y buscar libros y textos que traten temas afines a sus intereses. Pero como es muy difícil acertar con una clase completa, la motivación extrínseca, la que nosotros deberemos poner en funcionamiento antes y durante la lectura, se hace imprescindible.
Otra cosa importante que he aprendido, es que el trabajo del maestro es aumentar el campo visual del niño paulatinamente.
La memoria es absolutamente imprescindible a la hora de realizar el acto lector. Cuando leemos, utilizamos continuamente la memoria para relacionar elementos entre sí, para otorgarles significados y para interpretar estos desde nuestra propia visión del mundo o desde el punto de vista del autor. 
Esto ha sido nuevo para mí, ya que no sabía la importancia que tenía la memoria en el proceso lector. Por eso, en un futuro pretendo hacer muchas actividades de memoria con mis alumnos como las que hemos visto en clase, y les enseñare la utilidad de estas, algo que conmigo no hicieron.
También quiero recalcar  lo importante que es enseñar a los niños a realizar inferencias. La inferencia es un acto que realiza el receptor del mensaje para interpretar la referencia a partir de sus conocimientos, esquemas de valores, emociones y vivencias. De este modo se realiza una comprensión connotativa que, en el caso de los textos no literarios, debe tratar de enfocarse a la intencionalidad del emisor. El éxito de cualquier acto de comunicación depende en gran medida de la habilidad del oyente/lector de inferir lo que el hablante/escritor quiere decir.  
Inferimos siempre que comprendemos porque comprender es interpretar a partir de nuestros conocimientos y experiencias previas.
Hay varios métodos de aprendizaje de la lectura:
1) Los métodos sintácticos: Trabajan partiendo de la letra, la parte más pequeña a lo más grande. Pero este método no es significativo, porque la letra no tiene contexto por sí sola, aprenden de memoria los símbolos y significados sin entenderlos. Este método favorece la descodificación, no la lectura. Los materiales que usan son prediseñados.
Los tipos de métodos sintéticos son los Alfabéticos, silábicos, fonéticos, léxico, fraseológicos.  Parten de la letra-sílaba-palabra-frase, y sus sonidos. Pero el lexema y el morfema no tiene significado
2) Métodos analíticos: Nacen con la Escuela Nueva. Trabajan el análisis de más a menos, de lo analítico a lo sintético, es decir, empiezan por los elementos significativos, después se ajustan al nivel del niños. Lo positivo es que favorece la lectura real perol la desventaja es que  solo se puede trabajar con palabras dadas en clase.
Existen tres tipos de métodos analíticos o globales:
-          Fraseológico: parten de la frase
-          Contextual : parten de un cuento
-          Léxico: Parten de palabras ej: flashcards
3) Métodos mixtos: Utilizan elementos y técnicas de los dos anteriores. Parten de elementos significativos y van del análisis a la síntesis y de la síntesis al análisis.
  Pueden ser eclécticos (material elaborado por las editoriales  que deberían ser secuenciados por los maestros) o personalizados (material elaborado por los maestros y son los niños los que marcan su evolución individual).
 
Modelo constructivista
Este es el método más motivador. Lo importantes es observar y evaluar en que momento de su evolución personal está el niño.
Hipótesis:
1º. Diferencias dibujo y escritura.
2º. Símbolo.
En este modelo se trabaja siempre en común escritura y lectura y el por qué e su respuesta. Lo más importante no es que su respuesta es correcta si no ver en qué estado se encuentra el niño, si está atascado etc.
El constructivismo trata de darles a los niños motivos para aprender a leer y a escribir. Pone al niño en situación.
Al principio pensé que era una tontería que viésemos los diferentes métodos porque el acceso a la lectoescritura suele realizarse en educación infantil, pero un día en clase hablamos de por qué deberíamos hacerlo y era lógico, ya que debemos saber cómo han llegado nuestros alumnos a leer, mediante que ruta, que es lo mejor que le puede venir…Otra razón de peso por el que debemos conocerlos es por si nos llega un niño de primer año de escolarización que no sabe leer ni escribir.
La metodología constructivista es analítica, ya que se trabaja la ruta visual.En el modelo constructivista cada niño tiene su ritmo. Si lo hace mal no pasa nada, solo quiere decir que no ha llegado a la hipótesis correcta.
Esto marca la diferencia con el método tradicional ya que antes el profesor daba a todos lo mismo y pretendía la respuesta correcta.El profesor actual usa materiales diferentes y no pretende la respuesta correcta, solo tiene en cuenta el razonamiento.
Como queda claro la mejor opción es esta última, para enseñar a leer y a escribir.
 Como ya he dicho se aprende a leer por inmersión y nosotros somos una figura importantísima  para establecer la metodología correcta de aprendizaje. Cualquier actividad lectora ha de ser consciente y adecuada al objetivo deseado. Ya hemos visto los diferentes aspectos, las microhabilidades y microcapacidades que hay que tener para una buena lectura oral, lo mismo tenemos que hacer para que adquieran la lectura silenciosa, Esto implica conocer y comprender todos los procesos cognitivos que se ponen en marcha:
• Perceptivos (movimientos sacádicos y fijaciones)
• Léxicos (por ruta visual y fonológica)
• Sintácticos ( tipos de estructuras de las oraciones)
• Semánticos (extracción del significado e integración de la información en el conocimiento).
Estos aspectos, correctamente llevados a cabo a través de la mediación del profesor, son los mismos que fundamentan la competencia de aprender a aprender y, en definitiva, determinarán el éxito escolar. 
El trabajo lector debe enfocarse, precisamente, a la lectura silenciosa. Debemos incidir en el trabajo comprensivo aunque sin olvidar las técnicas y estrategias que faciliten a nuestros alumnos la lectura oral o en voz alta. 
Por otro lado, si el objetivo es comprender, debemos distinguir perfectamente entre memorización y comprensión. En muchas ocasiones afirmamos que estamos evaluando la compresión de nuestros alumnos cuando, en realidad, les estamos haciendo preguntas de memoria a corto plazo. Los detalles se olvidan; los olvidan nuestros alumnos y los olvidamos nosotros. No recordar el color de un objeto no quiere decir que el texto no se haya comprendido. Nuestras preguntas deben enfocarse a la idea global del texto o del capítulo, a la intencionalidad del autor, a las inferencias comunicativas posibles, a la hipótesis de significado…  
 
Bloque 3: Comunicación escrita: la escritura
Podemos definir la escritura como el proceso por el que se pasa de la posesión interna de un concepto, idea o pensamiento a la transformación de ese concepto, idea o pensamiento mediante una codificación de símbolos gráficos, con intención comunicativa.
El enfoque actual sobre el desarrollo de la escritura en el aula de primaria puede recogerse en dos reflexiones: 
1) Aprender a escribir es aprender a usar la lengua escrita en una gran diversidad de situaciones. Las actividades humanas son en gran parte verbales. La diversidad de dichas actividades tiene como consecuencia la diversidad de las formas en que se expresan. La recurrencia de algunas actividades da lugar a formas de actividad verbal también recurrentes que denominamos géneros discursivos. 
2) La escuela ofrece, o debería ofrecer, una gran diversidad de situaciones de uso de la lengua escrita a lo largo de la escolaridad, algunas de ellas de gran complejidad, como por ejemplo las relacionadas con las diferentes materias del currículo. Pero además la escuela debe plantearse también de qué forma facilita a los alumnos el acceso a los géneros sociales: literarios, periodísticos, etc.  
 
Dos concepciones diferentes de la escritura:
-          Caligrafía: Grafomotricidad
-          Escritura propiamente dicha: la creación de textos a partir de lo que queremos comunicar. Esta requiere in pensamiento-idea propio y un deseo de comunicación.
En este bloque he aprendido a que no todo es escritura. Solo se considera escritura real cuando hay una intención comunicativa. Las copias no son escritura son ejercicios de grafomotricidad.Con el dictado pasa lo mismo, no es escritura ya que lo que hay que hacer es transformar el mensaje de oral a escrito y no hay intención comunicativa.
 
Los procesos generales de la escritura son:
  • El proceso para producir palabras (codificación de palabras)
  • la composición escrita  (creación de textos) con una finalidad comunicativa.
Por ello hemos de distinguir perfectamente entre el desarrollo de la grafomotricidad y la caligrafía, cuyo objetivo es meramente formal y la comunicación escrita funcional que implica aspectos cognitivos mucho más complejos, por lo que hay que tener en cuenta el desarrollo evolutivo de cada alumno.
Además de la grafomotricidad en la escritura intervienen otras habilidades como:
  • percepción – discriminación visual
  • correcta integración viso-auditiva
  • desarrollo de las estructuras temporales
  • memoria auditiva y visual
  • lateralidad correcta
  • direccionalidad izquierda- derecha
Los grafemas se utilizan para poder comunicarnos por escrito, y en esta codificación léxica están implicadas la ruta fonológica y la ruta ortográfica.
  • La ruta fonológica es la conversión del fonema al grafema.
  • La ruta ortográfica se activa la información léxica, la palabra total, generando tres tipos de información: semántica, fonológica y ortográfica.
Pero ahora vamos a ver que condiciones son necesarias para la actividad grafo motriz.
  • Condiciones generales: Control motor de la actividad global del organismo (control motor grueso).
  • Condiciones específicas: Control motor fino (de los movimientos pequeños y específicos).
En el aprendizaje de la escritura manuscrita, el niño debe superar dos obstáculos de forma sucesiva: la adquisición de la forma de las letras y la adquisición de la trayectoria de la escritura. 
Los maestros debemos estar atentos a tres factores que están relacionados con el desarrollo de la grafomotricidad tanto antes de empezar el proceso como durante el aprendizaje: los factores físicofisiológicos (Es importante trabajar la fuerza, el tono, la localización de movimientos y la velocidad del trazo.), los factores psíquicos-cognoscitivos y los factores socioculturales.
Las mismas metodologías que hemos visto en referencia al aprendizaje de la lectura poseen su correspondencia en el aprendizaje de la escritura. Algunas atienden más al mero desarrollo grafomotriz y en otras se busca la funcionalidad y la significatividad del proceso poniendo a los niños en situación de escribir para comunicar.  
Por las mismas razones que en la lectura es importante que los maestros conozcamos el punto del que han partido los niños cuando acceden a la educación primaria en relación con la grafomotricidad y con la comunicación escrita.
è La caligrafía
En el ámbito escolar, entendemos caligrafía como “buena letra” y, en algunas ocasiones, como “letra bonita”. Pero ¿quién decide qué letra es bonita y qué letra no lo es? 
La caligrafía, por tanto, es una proyección de la grafomotricidad: una vez que los niños son capaces de trazar todos los grafemas de forma adecuada, la escritura manuscrita debe seguir entrenándose y desarrollándose con dos objetivos fundamentalmente: legibilidad y claridad. 
El aspecto  de la letra, la presentación, la limpieza y el orden  en los cuadernos siempre nos llama la atención. Una letra personal, legible y clara, no solo facilita la lectura, sino que además nos hace pensar en que su autor o autora es una persona ordenada, cuidadosa y que es responsable en su trabajo. Del mismo modo, una letra original nos evoca una personalidad creativa. En resumen, nuestra caligrafía funciona como carta de presentación al igual nuestra su forma de vestir o nuestra forma de actuar. 
Las dificultades con la caligrafía, el aspecto del cuaderno, la falta de orden y limpieza, la imposibilidad de escribir “recto”, respetar los márgenes y organizar el espacio para que a la vista resulte agradable, suelen ser habituales entre los alumnos y son fácilmente evitables si se trabaja de forma sistemática.
En este bloque hemos aprendido como trabajar con ellos la caligrafía. No podemos empezar a trabajarla sin que los propios niños entiendan, acepten y hagan suya la necesidad de mejorar sus elaboraciones manuscritas.  Una vez aceptado, les daremos las diversas razones por las que tienen que tener una letra legible.
1)      Una letra legible y clara, no solo facilita la lectura, sino que además nos hace pensar en que su autor o autora es una persona ordenada y cuidadosa
2)      Una letra legible y clara, nos hace pensar que su autor/a es responsable en su trabajo y se esfuerza. Le explicaré que a lo mejor ha realizado las tareas con mucho esfuerzo y que debido a su mala letra puede dar la impresión de que hizo la tarea rápido y sin esfuerzo.
3)      La buena letra influye en la percepción de los niños sobre su competencia en la comunicación escrita. Cuando los profesores evalúan dos versiones de un trabajo que varían sólo en la calidad de lo escrito, tienden a asignar una calificación más baja a aquellos con letra menos legible.
4)      Escribir también es comunicación, si tenemos buena caligrafía como nos comuniquemos será excelente mientras que con una caligrafía pésima no nos podremos comunicar muy bien.
5)      Nos ayuda a comprender mejor nuestro lenguaje
6)      Tener una buena caligrafía ayuda también a nuestro rendimiento académico
7)      Ayuda a la comprensión del lector
 
Como futrara maestra tengo totalmente descartado hacer lo que hicieron conmigo: afear en público una tarea “mal presentada”, de romper una hoja o de tachar lo escrito con el fin de que se repita entero. Lo que haré será reflexiones grupales y, si es necesario individuales. Hemos de pensar que cualquier habilidad ha de desarrollarse paulatinamente y hay muchos días en los que escribir y progresar como para que los niños “pierdan el tiempo” repitiendo algo que ya han realizado. 
 
La única forma de mejorar el trazado es copiando y repitiendo grafías, palabras y frases. Esto saben muy bien los aficionados al graffiti. Ese trabajo mecánico y, en ocasiones aburrido, tiene como objetivo liberar el trazado y dominar la direccionalidad, además de organizar adecuadamente el escrito en la pauta, la cuadrícula o la línea recta. 
Como es un proceso aburrido es tarea del maestro conocer cono se puede motivar al alumno, es decir, a lo mejor les motiva copiar sobre algo que les gusta, mostrarles modelos,  motivarlos a realizar sus propios ejercicios de repetición y valorar sus avances etc.
El objetivo final que persigue toda caligrafía es la obtención de una escritura que resulte legible.  
Sin embargo, en la legibilidad de la escritura intervienen factores tan diversos como los que seguidamente se relacionan:  
a) La adopción de posturas adecuadas, en relación al cuerpo, al lápiz y al papel 
b) La claridad en la representación de las letras, dándoles a cada una su forma característica 
c) La presencia de ligaduras entre las letras y sílabas que conforman las palabras 
d) La horizontalidad en los renglones 
e) La correcta alineación de las letras, de modo que no queden por encima o por debajo de la línea normal de escritura 
f) La uniformidad en la inclinación y en el tamaño de la letra 
g) El esparcimiento uniforme entre letras, palabras y renglones: ni escaso, ni excesivo, ni desigual  
Por otra parte, el aumento progresivo en la velocidad de la escritura deberá efectuarse de manera tal que no vaya en detrimento de la legibilidad de la letra, porque en tal caso se vería seriamente dificultada la comprensión del contenido de lo escrito. 
En conclusión, aunque se descuida, la caligrafía sigue siendo un asunto educativo importante, pues de ella depende que el mensaje escrito cumpla con su función comunicativa. Si a los niños no se les enseña a escribir de una manera directa y sistemática, muchos de ellos invertirán en esta actividad mecánica parte importante de los recursos cognitivos que podrían utilizar para la planeación y la fluidez del contenido de su mensaje. Además, podrían tardar más tiempo en terminar sus tareas, tener dificultad para tomar apuntes, tender a evitar actividades que incluyan la escritura y estarán expuestos a recibir peores calificaciones de parte del maestro que aquellos niños que produjeron un texto con la misma calidad en la expresión, pero con mejor caligrafía.
La enseñanza debe ser directa y explícita, con supervisión del trabajo independiente, hasta que se formen patrones neuromotores que permitan la automatización de la escritura, lo que servirá posteriormente como vehículo para la composición de textos y otras actividades necesarias en el ámbito académico. El propósito de la escritura es la comunicación de mensajes, por lo general de manera diferida en el tiempo. La letra clara es una condición indispensable para que tal comunicación ocurra.
Tema 4. El sistema de la lengua: ortografía y semántica
 
 


 
En este tema aprenderemos cómo acercar a los estudiantes, de forma significativa, a la conceptualización y a la interiorización de unos aprendizajes que solo tienen sentido en un contexto de uso lingüístico y descubriremos estrategias que nos permitirán motivar y provocar aplicaciones funcionales. 
Para hablar, escuchar, leer y escribir bien, tenemos que expresarnos y comprender lo que decimos y nos dicen; pero previamente,  debemos conocer los aspectos gramaticales y semánticos de nuestra lengua, para poder realizar estas destrezas correctamente.
è La ortografía.
La ortografía puede definirse como el conjunto de normas que rigen la representación escrita, el código gráfico de la lengua. Las dificultades ortográficas principales con las que se encuentra el niño son: 
-          En las grafías:
-          En la ortografía de la palabra:  
-          En la ortografía de la frase: 
La metodología tradicional para el aprendizaje de la ortografía, con memorización de reglas y excepciones, ha resultado inoperante. La lectura y la escritura reflexivas y analíticas son las verdaderas bases de una buena formación ortográfica. Ayudará a ello una serie de actividades que lleven a los niños a fijarse en las grafías y palabras más complicadas.  
Nuestra ortografía, por lo tanto, se fundamenta en la ruta visual (globalidad de la palabra) para la codificación y la descodificación. Sólo en los casos en que no conocemos la palabra, usamos la ruta fonológica (partes de la palabra) y nuestros conocimientos sobre las normativas ortográficas. 
Desde que el niño tiene su primer contacto con los textos escritos, debe ver, leer y escribir las palabras correctamente. No se puede postergar esta tarea “hasta que tenga que estudiar la ortografía” porque si se acostumbra a ver palabras mal escritas, la memoria ortográfica aceptará cualquier modelo, correcto o erróneo de la palabra. 
Las tildes también forman parte de la ortografía de la palabra y tienen, incluso, una función imprescindible en la pronunciación que no tienen la “h”, la “b” o la “v”. La acentuación no puede ser “la hermana pequeña” de la ortografía.  
En el mismo sentido, la puntuación es imprescindible para favorecer la correcta comprensión de los enunciados.
Por ello, debemos inculcarles la importancia tanto de las tildes como de la puntuación.
Las bases fundamentales para el trabajo ortográfico son la atención, la memoria visual y el uso funcional de la escritura. Las tareas que se realicen para mejorar la ortografía de los alumnos han de ir enfocadas en esa dirección. 
La mejor baza para la buena ortografía es la motivación. El trabajo ortográfico debe sustentarse, sobre todo, en el desarrollo de la expresión escrita y de la creación personal. Algo que hemos viesto en clase para moyivar a los niños es que lean los propios textos a los compañeros, ser alabado, aplaudido y reforzado positivamente (aunque también reciba sugerencias y alguna corrección) lleva al niño a tratar de superarse. 
Otra cosa que hmos visto en clase esz que no debemos de penalizar por mala ortografía ya que con ella solo se consigue que los chavales odien este aspecto de la lengua. En lugar de castigar los errores, deberíamos tratar de aprovecharlos para aprender y mejorar. 
También es importante tener en cuenta que la lectura silenciosa ideovisual no fomenta la buena ortografía porque el ojo no ve todas las letras de las palabras. La lectura atenta o la lectura en voz alta (sobre todo si se prepara) son ideales para la mejora ortográfica. 
En cuanto a los medios que se utilizan habitualmente en al aula para desarrollar la ortografía, hay que tener en cuenta que los dictados tradicionales son meros ejercicios de evaluación.  
Los dictados sobre una regla concreta fomentan el que el niño use el recuerdo inmediato de la norma y sus excepciones pero no interiorice las palabras en su memoria visual. 
El copiado de palabras para asentar la memoria visual solo es útil dentro del contexto significativo de frases inventadas por el estudiante. 
Las actividades que proponen corregir textos con errores ortográficos no deberían usarse hasta que el niño haya asentado su propia ortografía. Ver continuamente palabras mal escritas confunde al cerebro y el resultado de la actividad puede ser el contrario al que se pretende. 
La competencia lingüística es de carácter transversal por eso la ortografía ha de trabajarse y valorarse de igual modo en cualquier área curricular.  
è La semántica
En todas las etapas educativas, los estudiantes deberán ser capaces de entender, interpretar y dar sentido a diferentes mensajes tanto verbales como no verbales y es labor nuestra favorecer el acercamiento a esta comprensión alternando los materiales e instrumentos propuestos para su análisis y comprensión. 
La semántica se refiere, en exclusiva, al estudio del significado y la interpretación de los signos lingüísticos. Atiende no solo al significado de las palabras (conocido como vocabulario), sino también al significado de frases hechas, expresiones habituales, figuras expresivas relativas al significado (metáforas, metonimias, etc.) y construcciones diversas en un contexto determinado. 
A lo largo de la etapa los niños profundizarán no solo en el aprendizaje de nuevas palabras sino también en el conocimiento de categorías y campos semánticos, sinónimos y antónimos, familias léxicas, construcción de palabras por composición y derivación, abreviaturas, siglas, etc.
El desarrollo del vocabulario tiene gran importancia en estas edades. El niño escucha al día gran cantidad de palabras de las que no conoce el significado real. También lee realizando hipótesis sobre los significados de las palabras que nunca había visto. La característica fundamental del vocabulario de un niño de primaria es la provisionalidad.  
  
Mi labor como maestra es afianzar sus conocimientos semánticos, fomentar la aparición de nuevas palabras en la conversación cotidiana en el aula, ayudarles a aprehender el significado de los términos nuevos que aparecen en los textos trabajados y hacer del trabajo con el diccionario un juego más, ameno y significativo. 
Otra cosa que he aprendido es que es diferente el vocabulario activo y pasivo. El vocabulario activo es el utilizamos como emisores y el pasivo, el que no utilizamos como emisores pero comprendemos como receptores. En el aula debemos desarrollar ambos e incluir no sólo las palabras léxicas, sino también las gramaticales.
La labor de la escuela en el desarrollo semántico del niño ha de fundamentarse en los siguientes principios teniendo en cuenta que siempre ha de trabajarse con modelos comunicativos, es decir, contextualizando las palabras dentro de sintagmas, frases o textos. 
Independientemente de las estrategias didácticas que se empleen en la enseñanza-aprendizaje del vocabulario, es una realidad constatada que el modelo verbal del maestro incide de forma decisiva en el enriquecimiento léxico del alumno. Es muy importante que este principio didáctico sea asumido y valorado por los docentes y les estimule a cuidar su léxico como elemento fundamental en su actuación educadora.
Para evitar el simplismo expresivo, el educador ha de ser cuidadoso en la elección de los términos léxicos y, esmerado en el uso de la lengua que emplee con sus alumnos para contrarrestar el efecto negativo al que nos referimos. 
Tema 5. El sistema de la lengua: morfología y sintaxis
En este bloque hemos estudiado cómo ha de trabajarse y aplicarse en la educación primaria el nivel morfosintáctico de la lengua, ya que los componentes fonético y pragmático se trabajan en esta etapa de forma práctica en los bloques de comunicación oral y escrita y hemos dedicado el tema anterior al componente léxico-semántico. 
La morfosintaxis es el conjunto de elementos y reglas que permiten construir oraciones con sentido y carentes de ambigüedad mediante el marcaje de relaciones gramaticales, concordancias, indexaciones y estructura jerárquica de constituyentes sintácticos. Se enfoca, por tanto, a la cohesión textual y a la adecuada organización de las palabras en las frases y los textos. 
La morfosintaxis integra la morfología y la sintaxis, dos componentes de la gramática que, por utilidad didáctica, se analizan por separado, pero debe tomarse en cuenta que, en realidad, son dos unidades indesligables.    
Aunque la morfología (forma y características de las diferentes clases de palabras) pueda estudiarse de forma aislada, es imposible realizar cualquier tipo de análisis sintáctico sin tener en consideración la morfología. Cada clase de palabras (también denominadas “formas”) desempeña un número muy limitado de funciones dentro de cualquier tipo de oración. Es por eso que, los alumnos comienzan acercándose a un conocimiento conceptual de la morfología básica en el primer curso pero enseguida pasan a reconocer y analizar las funciones de las palabras dentro de la oración.
El apartado relativo a la gramática en el currículo de educación primaria es el más conceptual de los que componen el área de literatura castellana. Los niños han de ir aprendiendo, paulatinamente, los nombres y las características de las diferentes clases de palabras y las funciones principales que éstas desempeñan en el contexto de una oración pero siempre de forma reflexiva. 
Para favorecer esta reflexión en los estudiantes y motivar la aplicación práctica de los aprendizajes en los enunciados orales y los textos escritos, el maestro ha de tener una visión global de estos conocimientos.  En clase hicimos un repaso de los conceptos morfosintácticos.
Hay que recordar que  los aprendizajes teóricos y conceptuales sobre aspectos gramaticales en educación primaria han de considerarse un instrumento enfocado al desarrollo de la competencia lingüística de los estudiantes, objetivo último (y realmente funcional) de cualquier aprendizaje normativo en el ámbito gramatical. 
Con el tiempo, los niños olvidarán las conjugaciones memorizadas, las definiciones de los libros de texto y los análisis sintácticos de las oraciones. Pero deberán haber integrado reflexivamente estos aprendizajes a sus producciones orales y escritas.  
La enseñanza de la gramática debe llevar al niño a analizar y reflexionar sobre su propio uso lingüístico y le aporta posibilidades de mejora. 
Si los niños no entienden lo que están haciendo, no lo integrarán. Es precisa la reflexión para evitar que memoricen.
 
Por ello, es función del maestro atajar la mera memorización y el aprendizaje mecánico en pro de la reflexión y del análisis sobre el propio uso de la lengua. Debemos aportar buenos modelos a los niños y enfocar  nuestro trabajo como mediadores en el aprendizaje a la necesidad de que nuestros alumnos sean capaces de comunicar adecuadamente y comprender fácilmente tanto los enunciados orales como los textos escritos.
La enseñanza de la gramática implica cualquier técnica de instrucción que dirija la atención de los estudiantes a una forma gramatical específica de tal manera que les ayude a entenderla metalingüísticamente y/o a procesarla en la comprensión o en la producción para que pueda interiorizarla. 
Es por esto que, como educadores, tenemos que combinar las actividades de interiorización metalingüística, cuyo objetivo específico ha de ser adquirir el conocimiento necesario para comprender la normativa subyacente al uso de la lengua castellana y mejorar las propias producciones y las actividades comunicativas que incluyan reflexiones específicas sobre el uso gramatical.
Debemos trabajar la gramática con un enfoque funcional comunicativo, implica poner el acento no en cuáles y cómo son las formas lingüísticas sino en para qué sirven y cuál es la mejor opción en cada contexto. 
Se trata, básicamente, de integrar las actividades de sintaxis con el trabajo de lectura y composición de textos: revisar, analizar, sustituir, valorar y reflexionar serán los verbos que rijan nuestro trabajo.