miércoles, 19 de noviembre de 2014

Correción: " El hombre de la piel de oso"


 
Adaptación de un cuento                                                        
 
He realizado una adaptación del cuento El hombre de la piel de oso recopilado por los Hermanos Grimm. Esta adaptación al ser un cuento folclórico se transmitirá oralmente. Algunas de las ventajas de la narración oral son:
- ayuda a desarrollar la comprensión lectora.
- importante motivación prelectora.
- repercute en la psicología y en los estados de ánimo del auditorio.
- permite la identificación con personajes y situaciones.
- ayuda a descubrir el propio yo.
- influye en la comprensión del texto.
- permite plantear hipótesis sobre el desarrollo de la narración.
- permite reflexionar sobre lo ya leído.
- permite la elaboración de juicios sobre el contenido y la forma del texto

 
Los cuentos maravillosos sirven para: estimular la fantasía, la creatividad, la lógica (aprenden de forma inconsciente el concepto de causa y consecuencia) y para el desarrollo de habilidades lingüísticas: el niño desarrollará su lenguaje, su léxico y sus estructuras gramaticales.

 Por otra parte, el cuento folclórico es el primero es importantísimo paso que acerca al niño a la lectura, es decir, al cuento escrito. 

La adaptación la he realizado para niños de 9 -11 años dónde se encuentran en la ETAPA OPERACIONES CONCRETAS, por lo tanto, podrán reconocer el significado de los símbolos y el lenguaje figurado, reconocer la relación entre hechos y sentimientos y aceptar la realidad, pero conserva el manejo de la fantasía.
 También, se encuentran en una ETAPA FANTÁSTICO-REALISTA, en la cual los niños suelen rechazar los cuentos maravillosos, por ello he intentado meter bastante aventura porque a ellos les gusta y les resultara más entretenido. A las niñas pueden todavía gustarles, pues pasan de ellos a los temas sentimentales y amorosos.

En esta etapa les gustan los animales salvajes o domésticos, reales o fantásticos, como en la adaptación que he realizado en la que sale un dragón y una bruja.

 A la hora de adaptar los cuentos, hemos de tener en cuenta la edad de los niños pero también tenemos que mantener este simbolismo además de los roles de los personajes (aunque cambiemos su sexo o su condición realista o fantástica) y los motivos principales que se revelan en la historia. A partir de los trabajos de Bettelheim, Propp y otros folcloristas, sabemos que el esquema básico del cuento maravilloso describe el paso de la infancia a la edad adulta: los protagonistas suelen ser preadolescentes o adolescentes que han vivido durante su infancia protegidos, y más o menos felices, en su núcleo familiar y que por voluntad propia o por las circunstancias que los rodean, se ven obligados a abandonar esta comodidad para realizar “un viaje iniciático” y superar una serie pruebas que representan la vida adulta.

 Lo primero que he cambiado ha sido el titulo del cuento: “ El abrigo de piel de oso”.Al adaptar el cuento, he mantenido el simbolismo, los roles, los motivos principales del cuento y sobre todo he querido mantener la estructura básica de la historia basándome en la teoría de V. Propp quien definió una serie de elementos recurrentes en la estructura de los cuentos tradicionales.

El cuento presenta una estructura lineal con planteamiento, nudo y desenlace de forma que los hechos acontecen en una línea temporal.En la historia he incluido una fórmula de entrada, " En tiempos de Mari Castaña ", que considero muy original  y otra de salida, " y vivieron felices hasta el fin de sus días." un poco más típica.  

De los personajes solo he puesto nombre al protagonista para que toda la atención se centrase en él. La profesión del protagonista la he dejado igual. Pero he cambiado la naturaleza de la criatura (en vez de un Diablo es una bruja, de forma que conserva ese elemento mágico de la historia).
Las pruebas por las que pasa han sido modificadas, pero no obstante mantienen la esencia: son pruebas que conllevan que el protagonista adquiera una apariencia que hará que los demás le rechacen. También he acortado el tiempo de la prueba, de 7 años a dos meses.
El motivo por el cual el joven acepta el pacto es el deseo de poder tener una vida digna.


El lenguaje lo he adaptado a los 9 -11 años, por lo tanto, el vocabulario tiene varias palabras complejas que a su edad ya deberían saber.

 El final de la historia es similar al anterior, ya que termina el tiempo pactado con el personaje mágico, el protagonista ha triunfado, recupera su aspecto real y es rico, y regresa a casa de su amor, es reconocido/a y el matrimonio se lleva a cabo. Lo único que he cambiado ha sido que he eliminado el suicidio de las hermanas ya que no me parece apropiado para niños de estas edades.

Como conclusión, recordar que  el cuento folclórico es la herencia que se ha elaborado y transmitido de forma horizontal, el contacto con los personajes mágicos que llenaron de emociones el pasado y siguen llenando las mentes infantiles de todos los tiempos. Según Jung, “nuestro nacimiento se produce en el seno de un inconsciente colectivo, creador de imágenes hereditarias” y no se debe negar al niño la posibilidad de aprehenderlas. 

Por todo ello, se hace imprescindible que este tipo de literatura conserve su oralidad, incluso cuando trabajamos en el último ciclo, y se reserven otro tipo de textos más modernos y de transmisión escrita para acercar al niño a los libros. Una regla imprescindible para el maestro: los textos folclóricos son para contar y cantar; los textos de autor, para leer.


Espero que os guste mi adaptación. 

                                               “ El abrigo de piel de oso”.


En tiempos de Mari Castaña, Robín, un joven cuyo destino se vio forjado a ir a la guerra a los dieseis años, volvía a casa por navidad...Estaba muy contento ya que vería a su familia y podría dormir y alimentarse bien. Sobre todo, tenía ganas de ver a su padre ya que con su madrasta y hermanastra no se llevaba precisamente bien.Al llegar, Robín se encontró con que su padre había muerto y que en su casa ya no le querían porque su madrasta decía que no iba a mantener a alguien que no tenía ni estudios ni había traído dinero de la guerra.

Robín, después de aceptar la pérdida de su padre y el abandono de su familia adoptiva, le tocó buscarse la vida. Fue por distintas aldeas en busca de trabajo pero no obtuvo nada puesto que no tenía estudios ni una situación estable.

 Cansado de tanta hambruna, tristeza, rechazo y miles de cosas más, decidió sentarse en el lugar más cercano en el que daba la sombra. Ese lugar, era en las afueras de un castillo, en el que daba mucha sombra debido a sus altas murallas.

 
Al apoyarse en las murallas del castillo, el joven oyó una aguda voz que le decía: “entra…” Robín, se giró y vio cómo se abría una inmensa puerta a su derecha. Se quedó pensando durante unos minutos si debía pasar o no. Decidió pasar ya que no tenía nada que perder.

 Tras pasar el jardín del castillo, entró dentro de la mansión. Sus ojos se encontraron con una bruja algo canosa y con una verruga en la nariz. Ella se acercó a él y le preguntó  el motivo por el cual estaba apoyado en su castillo, a lo que Robín contestó que solo estaba descansado porque no tenía otro lugar donde hacerlo. Ella al darse cuenta de la desesperación de aquel hombrecito, decidió aprovecharse de él. Le ofreció un trato que creía que solo la beneficiaría a ella pero que el aceptaría por su desesperación de tener una vida estable.

La bruja le ofreció un abrigo de piel de oso, en el cual cada vez que metiese la mano en el bolsillo, saldrían monedas. Robín, a pesar de su desesperación, tenía muy claro una cosa que su padre desde pequeño le enseñó: “En esta vida nada es gratis”. Así que le preguntó que cuales eran las condiciones. La bruja le dijo que lo primero que tenía que hacer, era pasar la prueba de fuego: salir del castillo. Y a la salida ambos se encontrarían y esta le daría el abrigo y una serie de condiciones.

 El valiente Robín aceptó, ya que ansiaba vivir de una manera digna, que consideraba que cualquier persona se merecía. La bruja, se río con maldad cuando el joven niño aceptó, porque sabía que no lo conseguiría…

Al acabar con la charla, Robín se dispuso a salir del castillo. Recorrió los largos pasillos del castillo, iba con mucho cuidado, estaba alerta de todo. Sin embargo, no veía nada extraño. Llegó a la puerta principal de la casa, que daba al patio que le conducía a la gran puerta de entrada y salida del castillo. Al llegar resopló, pensando que había esquivado las trampas de la bruja y se confió.

En cuanto abrió la puerta, una llama de fuego enorme le alcanzó, pero él fue más rápido y cerró la puerta. Asustado pensó en cómo salir por otra salida del castillo, pero él sabía que no había más salidas ya que antes  de entrar, decidió dar una vuelta entera por fuera del castillo por si acaso. Así que se puso a pensar, ¿Cómo puedo salir si hay un dragón que me saca tres metros de altura y seis metros de ancho? Pensando y pensando… se le ocurrió una idea: Cuando anochezca, y el dragón se duerma cruzaré la puerta.

Pasaban los segundos, los minutos y las horas muy lentamente, pero de repente miró el reloj y vio que era las doce de la noche, y que no se oía ni a una mosca .Sigilosamente se apresuró a la puerta la abrió con delicadeza, y comprobó que el dragón estaba en una esquina dormido.

Empezó a andar, encaminándose hacia la última puerta, la puerta del exterior, muy despacio, pero de repente se oyó un rrrrrrrrrrrrrrr.  Robín se dio cuenta que eran sus tripas que le recordaban que no había cenado…

 Pero este pequeño recordatorio despertó al dragón. Robín corrió muy deprisa hasta la puerta de salida antes de que el dragón o una de sus llamas le alcanzarán. Gracias a lo veloz que era, pudo salir sano y salvo del castillo.

Según salió del castillo, se encontró con una sorprendida bruja. Con cara de asombro, la bruja le dijo que podría quedarse para siempre el abrigo con piel de oso, si conseguía sobrevivir durante dos meses, teniendo en cuenta que  crecería  durante esos meses medio metro a lo largo, y engordaría 100 kg. Y  podría vivir donde quisiese menos en su aldea. Y tras pasar esos dos  meses la bruja le otorgaría el abrigo con piel de oso. Robín tras saber las condiciones, volvió a aceptar. En ese instante, la bruja desapareció dejando en el campo de visión de Robín, una explanada y muy al fondo, una aldea.

Robín, se dirigió a la aldea, en la cual le resultó fácil encontrar un hogar para ese mes, ya que una humilde anciana le dejó quedarse con una condición, que cuando pasase un mes se fuese. Él aceptó encantado. La anciana no le pedía nada a cambio, pero Robín la ayudaba con las tareas del hogar, la protegía cuando salía a la calle gracias a su tamaño y le alcanzaba cosas que ella nunca llegaba a coger.

El segundo mes, le costó un poco más encontrar refugio  ya que no cabía en cualquier humilde casa, y tenía que irse a casas un poco más amplias. Esta vez no le aceptaban debido a su inmenso tamaño. Pensaban que no era humano, que era un monstruo…

Durante las dos primeras semanas del segundo mes, Robín dormía en las calles oscuras de las aldeas, y se alimentaba de lo que encontraba.

El lunes de la tercera semana Robín dormía con mucho frio y mucha hambre entre cajas, hasta que unos gritos le despertaron: ¡Bandido, suéltame, que no llevo dinero encima!

Rápidamente, con pasos gigantes, Robín se acercó al bandido espantándole. Una vez se marchó, se dirigió al hombre de mediana edad, y se dio cuenta que era ciego. Robin se puso en frente de aquel hombre sin miedo a que lo juzgara por su físico y le dijó:  Vayase tranquilo, el bandido ya se ha ido.El hombre con el susto en el cuerpo todavía, contestó con  voz temblorosa : ¡ Gracias!

Tras unos minutos de silencio, el hombre le preguntó qué que hacia tan tarde en la calle,  lo que Robín contestó que no tenía donde vivir por su inmenso tamaño. El hombre le dijo que a él no le importaba el tamaño del cuerpo, sino del corazón. Le dijo que  por lo que había hecho, tenía un corazón grande y valiente; y  decidió invitarle a su casa a dormir ya  que no habría problemas porque en su casa cabía de sobra. Robín aceptó encantado.

Al llegar a la casa , vio que tenía tres hijas muy guapas, de las cuales dos de ellas empezaron a reírse de él por su aspecto físico, en cambio una de ellas, la más joven , se quedó paralizada y no por el cuerpo de Robín, sino por sus ojos…Sus ojos tenían algo especial, algo diferente, que La tenia hipnotizada.

 El padre aunque no veía, conocía a sus hijas y sabía las caras que iban a poner al verle si realmente era como él se había descrito. Así que le dijo a la pequeña que le enseñase donde iba a dormir Robín.

Le enseñó el establo donde podía dormir  (ya que en otro lado no cabía) y le llevó comida y agua. Seguidamente, el padre  habló con su hija pequeña, la única que tuvo interés de saber cómo le había conocido. El hombre le explicó todo lo que había pasado y ésta se sorprendió de que aquel gigante le hubiese ayudado en vez de atacarlo. Así que le dijo a la niña que le dijese al gigante que se podía quedar el tiempo que quisiese, que le estaban muy agradecidos.

Robín les dijo  que solo se quedaría dos semanas, mientras tanto les ayudaría en todo lo que pudiese .Y así fue, Robín y la  menor de las niñas,  salían a pasear juntos, a correr, a bañarse al  lago etc. Fueron dos semanas muy intensas para Robín, tanto que por un momento, se le olvidó la cruda realidad.

Llegó el día de marcharse, y ella se echó a llorar. Le dijo a Robín que le iba a echar de menos. Mientras pronunciaba estas palabras, la inocente niña se daba cuenta de que estaba enamorada de aquel grandullón- bonachón. Robín le dijo que volvería a por ella para que se casaran y como prueba de ello le dejo el único objeto que tenia de su padre, un collar.

Tras un día caminando Robín llego al castillo. Al abrir la puerta, comprobó que no estaba el dragón y entró. La bruja al verlo se sorprendió y le reconoció que no pensaba que sobreviviría. A pesar de lo molesta que estaba porque hubiera conseguido cumplir las condiciones le devolvió a su cuerpo normal. Robín se despidió de la bruja dándole las gracias por el abrigo de la piel de oso, ya era suyo para siempre.

Al salir del castillo, Robín se dirigió a la aldea de la chica que le había  robado el corazón. Cuando le vio, le reconoció inmediatamente por aquellos ojos inolvidables, y le beso…Ella seguía llevando su colgante…

Fue el primer beso entre los otros muchos que se dieron durante toda una vida, y vivieron felices hasta el fin de sus días.

2 comentarios:

  1. Hola Esther, tu adaptación, mejor que corrección me ha parecido que tenía una mezcla de toque entre tiempos modernos, para que los niños lo entiendan mejor y un poquito de aquellos cuentos folklóricos de los que hablamos.
    Al principio haces una introducción, creo que quizás un poco exhaustiva de toda la teoría y luego no comentas todos los cambios que realizas, que son bastantes aunque el hilo del cuento lo respetas. Me parece bastante bien aunque puede que los acontecimientos ocurran demasiado rápido y con pocas explicaciones. Me gusta la relación con la bruja pero las pruebas son un poco pobres. Y puede que al final el que el lleve un collar de su padre es un poco raro, ¿no crees?
    Espero te ayuden mis comentarios
    Montse

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