En el otro lado del mundo, más específicamente en Japón, existe una famosa leyenda llamada “el hilo rojo del destino“, la misma cuenta que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique y este nunca pero nunca podrá cortarse, porque justamente esta predeterminado por el sagrado destino japonés.
La leyenda además cuenta con una explicación científica y biológica, el hilo rojo del destino se llama así por la arteria ulnar, que es la que conecta el corazón con el dedo meñique en el organismo humano.
El hilo rojo es una creencia tradicional en Asia Oriental,
presente en la mitología china y en la japonesa, entre otras. Cuenta que entre
dos o más personas que están destinadas a tener un lazo afectivo existe un
«hilo rojo», que viene con ellas desde su nacimiento. El hilo existe
independientemente del momento de sus vidas en el que las personas vayan a
conocerse y no puede romperse en ningún caso, aunque a veces pueda estar más o
menos tenso, pero es, siempre, una muestra del vínculo que existe entre ellas.
El texto literal viene a decir: «Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a
encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede
estirar o contraer, pero nunca romper».
Entre la comunidad de padres y madres adoptantes en Japón,
esta leyenda supone una metáfora recursiva, ya que supone que la vinculación
entre el hijo adoptado y los padres ya está realizada de antemano por este
«hilo rojo» y favorece la fortaleza en la larga espera que hay que realizar, en
la mayoría de los casos.
En estas comunidades, es normal la utilización contextual de
frases como «estamos tirando fuerte del hilo rojo», o «tendiendo puentes con
hilos rojos» lo que convierte a la leyenda en una parte más de la jerga de
utilización habitual.
Una de las leyendas sobre este hilo rojo cuenta que un
anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas
que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata
con un hilo rojo para que no se pierdan.
Pero la leyenda más popular y la que se recita en casi todos
los hogares japoneses a los niños y jóvenes es ésta:
Hace mucho tiempo, un
emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja
muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y
la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó
que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara
ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a
seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una
pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar
hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a
ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo : «Aquí
termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que
era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña
bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida
en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la
cabeza. Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía
casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un
general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver
por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso
vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese
hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.
Precioso :)
ResponderEliminarAnotado.